En la capilla de San Juan Pablo II se llevaron a cabo los elegantes desposorios de Astrid Jaime Magaña y Juan Francisco del Real, quienes eligieron el matrimonio como camino hacia la felicidad en común.
Tomados de la mano pronunciaron sus votos de amor y fidelidad, haciendo intercambio de los accesorios nupciales, como arras y anillos, para enseguida ser declarados flamantes esposos.
Por la noche, en el Jardín Baldoria ya estaba preparado el festejo a plenitud, y con la agradable compañía de sus más allegados familiares y amigos, los recién casados disfrutaron de su primera velada como esposos, siendo muy felicitados y, por supuesto, los mejores deseos en esta etapa les fueron expresados.