México, 17 ene (EFE).- El oficial de Asuntos Económicos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Juan Carlos Rivas, aseguró este viernes que las políticas agrarias del Gobierno de México van «en la dirección correcta».
«Hay muchos programas nacionales públicos para fortalecer al campo. Creemos que van en la dirección correcta, aunque comentamos en nuestros informes que tal vez hace falta una política industrial, de innovación y desarrollo económico, pero son pasos importantes y en la dirección correcta», explicó Rivas.
El oficial de la Cepal se refirió al sector agropecuario en la presentación en México del informe anual de la ONU «Situación y perspectivas económicas mundiales 2020», un documento que destaca la importancia de las exportaciones para la salud de la economía mexicana.
«La balanza comercial está un poco rezagada», reconoció Rivas, quien reveló que de enero a septiembre de 2019 las exportaciones subieron un 3,3 %, siendo las manufacturas los productos más vendidos al exterior.
«Las exportaciones agropecuarias, si bien tienen un peso menor comparado con las manufacturas, tuvieron un desempeño altamente positivo en 2019. De hecho, es algo que se comentó desde la presidencia», recalcó el ejecutivo.
Rivas destacó que el nuevo tratado comercial entre Estados Unidos, Canadá y México (T-MEC), que ya solo está pendiente de su ratificación en las instituciones canadienses, también ayudará al sector agropecuario porque «fortalecerá las exportaciones».
Este respaldo de la Cepal llega tras el anuncio del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, de la expansión al centro del país del programa agrícola de reforestación y empleo Sembrando Vida, que hasta el momento se aplicaba en la región sureste.
López Obrador anunció a principios de enero que el programa, que ya se está llevando en los estados de Chiapas, Campeche, Yucatán, Quintana Roo, Tabasco y Veracruz, «ahora va a entrar a Puebla, va a entrar a Hidalgo y va a entrar a varios otros estados».
Este programa subsidia a pequeños campesinos de bajos ingresos con 5.000 pesos al mes (unos 267 dólares) para trabajar sus tierras en un proyecto agroforestal.