En la parroquia de Guadalupe fue bautizado el niño Kai Isaí Vargas Jiménez, heredero del matrimonio formado por Noé Vargas y Vanessa Jiménez.
Como padrinos del pequeño fueron Ernesto Torres y Estefanía Vargas, quienes durante la ceremonia sostuvieron al niño en sus brazos.
El sacerdote explicó a los papás y padrinos que el bautismo es el primero de los Sacramentos por medio del cual el hombre entra a participar de la muerte y resurrección de Jesucristo; esta participación destruye el pecado y comunica una nueva vida, que es la misma vida de Cristo. El bautizado con este Sacramento recibe las virtudes de fe, esperanza y caridad.
Después, el niño fue acercado a la pila bautismal en donde recibió el primer Sacramento, al mismo tiempo que le imponían el nombre de Kai Isaí.