María José Pedroza Gutiérrez arribó al templo del Señor del Encino en punto de las seis de la tarde para presenciar una ceremonia religiosa en su honor, en la cual dio gracias a Dios por la dicha de comenzar una nueva etapa al cumplir sus primeros quince años.
Sus papás y padrinos la acompañaron durante la misa, en la cual el sacerdote le dirigió emotivas palabras y la invitó a continuar por el camino del bien, permaneciendo cerca de la Iglesia.
Luego de darle la bendición, María José salió del templo y se trasladó al salón de fiestas donde se llevó a cabo la recepción y disfrutó de una divertida velada junto a sus familiares y amigos.