Christian Durón Esparza y Andrea Silva Rubalcava hicieron realidad su más grande sueño de amor al quedar convertidos en marido y mujer.
Ellos eligieron el templo de San Antonio de Padua para recibir la bendición nupcial, lugar que se vio concurrido por los familiares y amigos de los novios.
El sacerdote llevó a cabo el ritual matrimonial, durante el cual preguntó a Christian y Andrea si estaban dispuestos a amarse y a respetarse como esposos, así como a recibir con amor a los hijos que Dios les mande, a lo que contestaron afirmativamente, aceptándose como marido y mujer.
Los recién casados abandonaron el sacro recinto, mientras las notas de la “Marcha Nupcial” se dejaban escuchar.