Madrid, 30 ene. (EFE).- ¿Le gustaría a Manuel Pertegaz? con la presión de este interrogante trabajó Jorge Vázquez, director creativo de esta mítica firma, una primera colección en la que rindió homenaje al maestro, uno de los grandes diseñadores españoles junto a Balenciaga, Pedro Rodríguez y Elio Berhanyer.
Desde «el cariño, respeto y admiración», Jorge Vázquez creó una colección estudiando los archivos de Manuel Pertegaz, modisto que confeccionó el vestido de novia de la reina Letizia y que también vistió a celebridades como Jackie Kennedy, Ava Gardner o Audrey Hepburn.
«Mi obsesión ha sido confeccionar prendas que estuvieran a la altura», explicó este jueves a Efe el diseñador, quien reconoce que ha sentido una «gran responsabilidad» en este trabajo.
Con música en directo de una orquesta que interpretó el bolero de Albéniz y sobre una alfombra fucsia, color fetiche de Manuel Pertegaz, comenzó el desfile en el que Jorge Vázquez fue en busca de la belleza, no tanto del lujo.
Su punto de partida fue el musical Hair en Brodway, un espectáculo al que asistió Manuel Pertegaz en los 70, y que a su término, comprendió que la moda cambiaba, nacía el prêt-à-porter, «la moda de la calle», dijo el maestro que en el año 1975 tenía en su taller 700 modistas.
Y con esa inquietud, Jorge Vázquez reedita patrones, volúmenes y estampados que, a día de hoy, siguen siendo actualidad, ya se sabe que lo bueno no pasa de moda. Lo retro es actual, contemporáneo.
Ya en la primera salida -un traje de chaqueta negro y sombrero tipo Courrèges con velo y cristales de Swarovsky- se ha visto el ADN de la firma, pero con un aire renovado.
Después sobre la pasarela destacó una sastrería con patrones impecables, de quitarse el sombrero, trajes de chaqueta con botones joya y vestidos vaporosos ceñidos a la cintura con fanines-lazada.
La colección se lleva a cabo con siluetas estructuradas, volúmenes exagerados, talles altos, mangas abullonadas y tejidos que se recogen y drapean continuamente.
Elegantes y «chic» fueron los vestidos de día, piezas trabajadas sobre patrones antiguos, «que incluso he intentado hacer en los tejidos originales», explica Vázquez quien utilizó en esta colección gazar, moaré, raso duquesa, muselina estampada, cashmere, tafetán de seda y lentejuelas.
El diseñador se centró en vestir a mujeres eclécticas, de una fuerza arrolladora que se sienten bien con motivos en zigzag o estampados florales, la mayoría de ellos también reeditados, «me ha hecho ilusión recuperar el estampado ojo de gato» que tanto utilizó Pertegaz.
A lo largo del desfile aparecen estilismo cuajados de flores, dibujos geométricos o «prints» de cebra que se mezclan con prendas de punto bordadas, diseños que en ocasiones se acompañaban de espectaculares tocados de fantasía con plumas y pedrería realizados de manera artesanal por Tolentino Hats.
El negro y el crudo son los colores base de la colección junto con el rojo y el fucsia, que se vio en varias prendas, la primera en un abrigo corto que se fundía con un grandioso tocado de plumas. Y, de pronto, aparecen pincelas vibrantes en verde agua, lima, kiwi rosa palo o coral.
Para los vestidos de noche, Jorge Vázquez no se pone límites y saca toda la artillería; lentejuelas, pedrería, apliques de cristal y plumas, lazadas, drapeados, bordados, acabados metalizados, mezclas excesivas que ofrecen diseños de alto copete.
Túnicas y chaquetas joyas, dos piezas que forman parte del universo nocturno de Pertegaz, una casa que, fiel a su fundador, defiende la elegancia como actitud y con inteligencia.
Celebrado en el Palacio de Cibeles y con una primera fila repleta de rostros famosos que no perdían detalle de las nuevas propuestas, se ha visto a Jorge Vázquez como digno heredero de Manuel Pertegaz.
Por Carmen Martín