Es claro que esta Administración Federal tiene un grave déficit en el cumplimiento de sus promesas respecto a lo que ha sido su bandera principal, la lucha contra la corrupción, pues para botones de muestra ahí están, para citar uno de decenas de ejemplos, las asignaciones directas de contratos con el Gobierno, los negocios de algunos ya célebres juniors, la opacidad en las asignaciones de obras y muchos etcéteras, lo que hace destacable el anuncio de que el SAT presentó ya el primer paquete de denuncias contra 43 de esas empresas llamadas ‘factureras’ y que más que empresas son entramados que simulan actividad empresarial para traficar con la compra y venta de facturas, todo con el fin de evadir impuestos.
Hay que decir que en este asunto, como en el de las presiones a las grandes corporaciones para que se pongan a mano con el fisco, nadie va a pretender defender, salvo sus clientes y sus cómplices, a estas redes criminales, que eso son, pues su mera existencia y operación es una afrenta a todos aquellos que forman parte del universo de los contribuyentes cautivos, que desde hace años ven cómo ellos cumplen sus obligaciones fiscales, mientras que otros se ahorran fortunas o se enriquecen gracias al tráfico de comprobantes.
Se habla que para los culpables se vienen duras penas, por evasión fiscal y hasta por crimen organizado, aunque suena a demasiada clemencia la decisión de apercibir a los que compraron facturas a estos entramados para que regularicen su situación con el SAT, pues en este caso no pueden alegar demencia y si compraron facturas lo hicieron sabiendo plenamente que estaban engañando a la Hacienda pública, pues los comprobantes fiscales se expiden siempre en amparo de transacciones reales y quien las obtuvo de otra manera sabía perfectamente que estaba cometiendo un delito.
Se entiende que las acciones del SAT, respecto a las deudas y créditos fiscales de varias grandes corporaciones y ésta anunciada cacería de ‘factureras’, se da en el contexto en que el Gobierno está urgido de recursos por la vía de la recaudación y en general el aparato productivo del país está en la más severa crisis de las décadas recientes, de tal manera que lo que logre cobrar Hacienda aportará recursos frescos, pero en una coyuntura determinada, tras lo cual en el 2021 ya tampoco habrá manera de poder cumplir medianamente las metas de recaudación.
Pero volviendo a las redes que trafican con facturas, pues bienvenida sea esta embestida legal, pues aquí cualquiera que tenga un negocio de medianas dimensiones, sabe cómo se acercaban personajes no tan anónimos para ofertar la compra o la venta de facturas, los que amparados en visibles complicidades han acumulado fortunas no tan invisibles, haciendo sus operaciones no en la sombras sino a la luz del día y en algunos casos hasta con jactancia.
No informó Raquel Buenrostro, directora del SAT, el nombre de las 43 ‘empresas’ denunciadas en este paquete de querellas, de tal manera que no sabemos si esta acción alcanza nuestro territorio, aunque esperemos, como un acto de justicia, que pronto tengamos noticias sobre el alcance de esta acción emprendida por el Gobierno Federal y si por allí nos resultan develados algunos nombres que nos sean reconocibles.