México, 1 dic (EFE).- El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, reconoció este domingo que la reducción de los índices de violencia e inseguridad son el principal reto de su Gobierno, que hoy cumple un año.
En un acto en el Zócalo de la Ciudad de México, López Obrador, quien llegó al poder el 1 de diciembre de 2018, ofreció ante unas 140.000 personas un resumen de casi 90 minutos sobre su gestión tras 365 días al frente de México.
«Reitero, la disminución de la incidencia delictiva en el país constituye nuestro principal desafío, pero estamos seguros de que vamos a pacificar a México», dijo el mandatario.
Explicó que entre las acciones de su Gobierno para conseguir la pacificación del país figura la creación de mejores condiciones de vida y de trabajo para los mexicanos, esto con la finalidad de atender las causas que originan la violencia.
Entres ellas mencionó el desempleo, la pobreza, la marginación, la falta de espacios laborales y de oportunidades para que los jóvenes tengan opciones de trabajo y de estudio, en las que, dijo, está trabajando su Administración.
«La nueva estrategia de seguridad pública pasa también por la tolerancia cero ante la tortura y cualquier otra violación a los Derechos Humanos», expuso.
Dijo que la nueva política de seguridad se demostró con la crisis de terror, miedo que se vivió el 17 de octubre en la ciudad de Culiacán, Sinaloa, debido a la detención de Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín «el Chapo» Guzmán, que calificó como «una verdadera prueba de fuego».
Recordó que la delincuencia salió a las calles con armas de alto calibre «y se vivió un alto riesgo, por lo que se prefirió detener el operativo y liberar al implicado para evitar una masacre que habría cobrado la vida de cientos de personas, la mayoría civiles».
«Podrán decir nuestros adversarios que mostramos debilidad, pero nada vale más que la vida de las personas», apuntó.
El mandatario señaló también que su Gobierno dedica tiempo y recursos a la búsqueda de desaparecidos por la violencia. «No descansaremos hasta conocer el paradero de los jóvenes de Ayotzinapa», afirmó.
La crisis de violencia e inseguridad en México ha dejado en los últimos 13 años más de 200.000 muertos y 40.000 desaparecidos. El caso más emblemático de esa lacra es de 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa en septiembre de 2014.
En su discurso, López Obrador enfatizó que su Gobierno no repetirá «la desquiciada» guerra contra el narcotráfico» que inició el presidente Felipe Calderón (2006-2012) y agregó que no utilizará a las Fuerzas Armadas para cometer masacres ni actos ilegales.
«Esta absurda y desquiciada estrategia no se repetirá y nunca más se pondrá en riesgo de manera irresponsable ni la vida ni el prestigio de los integrantes de las Fuerzas Armadas y mucho menos se les utilizará para cometer excesos y cometer órdenes ilegales e inhumanas», afirmó.
El líder izquierdista agradeció al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, la solidaridad ofrecida en casos de violencia como el de Culiacán o el asesinato de una familia de la comunidad mormona en el estado de Sonora, pero advirtió que México es un país soberano.
«Reconocemos que en ambos casos nos ofreció ayuda. Fue respetuoso y ofreció la ayuda y al mismo tiempo respetó nuestro derecho soberano a decidir con independencia y libertad. El Gobierno de México cumplirá con su responsabilidad de hacer justicia, no aceptamos ningún tipo de intervención, somos un país libre y soberano», finalizó.
Según datos oficiales, México reportó 28.741 homicidios dolosos en los primeros 10 meses de 2019, por lo que va en camino de cerrar el año como el más violento desde que hay registros.