Guadalajara (México), 7 dic (EFE).- Al feminismo hay que tratar de comprenderlo y acompañarlo desde cualquier trinchera, dijo este sábado a Efe la escritora mexicana Ángeles Mastretta (Puebla, 1949) en una visita a la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, que concluye este domingo.
«Yo lo que hago es escribir, pero acompaño muchas veces a las mujeres cuyo dilema fundamental y deber principal es estar ahí para ellas, las mujeres que dicen ‘Soy feminista y me dedico a hacerlo, a militar en esta causa’ ¿Qué me toca a mí? Actuar como feminista y acompañarlas porque lo que tengo que hacer es escribir», dijo.
Creadora de personajes femeninos que suelen romper con los cánones, Mastretta se declara una feminista que no odia a los hombres sino que «ama a las mujeres» y aboga porque ambos géneros tengan «los mismos derechos que compartir», aunque sabe que en la realidad mexicana aún queda mucho por hacer.
«Vamos muy atrás de eso. Hay muchos lugares en nuestro país donde las mujeres no son iguales a lo hombres, no son tratadas con la misma dignidad. Entre los pobres son las más pobres, entre los olvidados las más olvidadas, y no podemos hacer como que no existieran; tendríamos que vivir muy conscientes de qué podemos hacer por ellas», declaró.
En una distendida charla en su hotel, la autora de «Arráncame la vida» (Seix Barral, 1992) acepta que fue «una privilegiada» porque no experimentó alguna experiencia de maltrato y porque en su familia no había distinción entre hombres y mujeres.
Esta postura, afirmó, no le impide ser empática con el movimiento feminista que ha salido a las calles de México y otros países de Latinoamérica para denunciar cientos de casos de acoso y abuso sexual.
«Cuando veo a estas niñas quemando y pintando monumentos pienso en que algo muy grave les pasó que yo tengo que entender qué fue. Esas criaturas están enojadas por algo y tenemos que tratar de acompañar eso, de preguntarles qué sigue. Hay entre ellas gente que no quiere que siga nada, pero también quien quiera que siga algo mejor y tenemos que preguntarnos qué puede ser», expresó.
La autora de 70 años acude a la FIL para presentar su nuevo libro «Yo misma» (Seix Barral), una antología de frases y aforismos que fueron sacados de la mayoría de sus textos como una especie de resumen de su obra en que se habla sobre la vida, la muerte, la alegría, la melancolía e incluso sus compromisos personales.
«Es un camino por mis textos que hice en el intento de recuperar quién he ido siendo y para saber cómo entregarles a las personas que no me han leído un atisbo de quién soy o de quién puede ser la escritora que hay aquí y que los pueda llevar a otros de mis libros», explicó.
Este volver atrás en sus textos le hizo redescubrirse como escritora y darse cuenta de que en su juventud era «más inocente», «más libre» y «juguetona». Incluso hubo fragmentos de algunas obras que no recordaba que había escrito, confesó.
Mastretta confirma en persona una de las frases escritas especialmente para el libro en la que asegura que vive el presente «como un enigma diario». A sus 70 años, contó, cada mañana se pregunta si vivirá un día más o si podrá iniciar esa novela en la que quiere cruzar a cuatro mujeres de generaciones distintas.
Pero la autora es también optimista y rechaza la idea de que el mundo tenga sus horas contadas por los problemas ambientales. Sus hijos y sus nietos encontrarán alguna solución, considera.
Lo que sí aceptó es que una parte de su generación, la de los «baby boomers», está «desencantada» al darse cuenta de que sus luchas por los derechos de la mujeres, la igualdad, los derechos civiles y la democracia no han sido suficientes.
«Una parte de mi generación está desencantada porque fue una generación muy saludable, muy vital, que cambió muchas cosas y que creíamos en los setenta que estábamos cerrando la historia, que estábamos cambiando el mundo para que así se quedara. Pensábamos que ya habíamos llegado, pero no, no llegamos», concluyó.
Entre el 30 de noviembre y el 8 de diciembre, la FIL acoge en Guadalajara, capital del occidental estado mexicano de Jalisco, a cerca de 800 escritores provenientes de 37 países y más de 2.000 editoriales, además una destacada delegación de la India y cerca de 800.000 visitantes.