México, 7 dic (EFE).- Mónica Herrera Vega tenía un dolor tan fuerte en un brazo que sentía que estaba roto, pero aun así seguía yendo a su trabajo y cuidando a sus hijos. A los 35 años comenzó a tener dolor en cuello y ambos brazos que iba empeorando, contó a Efe.
Durante un año ninguno de los médicos a los que consultó pudo darle un diagnóstico de lo que padecía. Finalmente logró que la diagnosticaran con fibromialgia, una enfermedad de origen desconocido que se caracteriza por la presencia de dolor crónico muscular y fatiga.
La mujer de 54 años compartió que a pesar de tener un dolor muy fuerte, seguía con su vida normal y, «como el dolor no se nota, es difícil que nos crean», destacó.
Este es uno de los mayores problemas que enfrentan los pacientes que padecen dolor crónico, la adaptación a su dolencia que repercute en la calidad de vida, sostuvo una especialista.
Sandra Patricia Gaspar Carrillo, presidenta de la Asociación Mexicana para el Estudio y Tratamiento del Dolor, indicó que los pacientes se adaptan al dolor, pero esto los puede llevar a aislarse y tener dificultades en los ámbitos laboral, familiar y social.
Indicó que el dolor crónico es un problema de salud a nivel mundial, y que hasta 40 % de las personas lo padecen.
Gaspar Carrillo agregó que aunado a esto, la poca sensibilización y educación respecto al dolor crónico en el personal de salud provoca que no se tenga un manejo adecuado.
Añadió que la mayoría de los especialista ven el dolor como parte de la enfermedad, y «es un gran problema porque en lo que se tiene un diagnóstico certero, que pueden pasar hasta años, el paciente está sufriendo con dolor».
El dolor crónico, explicó, es aquel que tiene una duración mayor a tres meses y puede ir de leve a severo, a diferencia del dolor agudo, que se presenta de inmediato a raíz de alguna lesión.
Detalló que el dolor crónico puede aparecer como consecuencia de cualquier tipo de cáncer -sobre todo en etapas terminales-, así como por enfermedades neuropáticas, lumbalgias, hernias discales, lesiones medulares, parálisis cerebral, insuficiencia renal o hepática.
Se puede presentar como punzada, calambre, descargas eléctricas o latigazo, y puede agudizarse en cualquier momento.
En México, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición, 27 % de los adultos padece dolor crónico.