México, 8 dic (EFE).- México dio a conocer este domingo las «líneas rojas» que el país no está dispuesto a cruzar en el tratado comercial con Estados Unidos y Canadá, conocido como T-MEC, que involucran un rechazo a las inspecciones laborales y a la exigencia de contenido norteamericano de aluminio en los autos.
El secretario mexicano de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, dijo en conferencia de prensa después de una reunión con miembros del Senado que el Gobierno ha compartido con el órgano legislativo las decisiones que serán comunicadas este mismo día a la contraparte estadounidense.
«Vamos a fijar una posición respecto a un proceso todavía interno en Estados Unidos», dijo, en alusión a las negociaciones en la Cámara de Representantes del vecino país del norte para la ratificación del T-MEC.
Indicó que uno de los temas que se trataron en la reunión con los senadores es el laboral.
«Como ustedes saben hubo de parte de varias voces en Estados Unidos planteamientos de inspecciones directas o fórmulas de presencia de funcionarios de Estados Unidos en el territorio mexicano para supervisar plantas o empresas. Evidentemente esto no es aceptable ni se va aceptar, y esto es el consenso de todos quienes hoy hemos conversado», sostuvo.
En cambio, añadió, México ve «con muy buenos ojos» el planteamiento de paneles para resolver controversias entre México y Estados Unidos, «no solo en lo laboral, sino en otros temas».
Explicó que un panel «es un instrumento de resolución de controversias paritario, formado por expertos y con un tercero con autonomía y respeto a ambos países».
Ebrard dijo que el Gobierno también ve favorablemente la inclusión de compromisos ambientales en el T-MEC porque «México tiene una posición más avanzada que Estados Unidos en muchos temas, para empezar el de cambio climático».
«Por lo tanto no hemos tenido ni un inconveniente en que los compromisos de carácter internacional de México en materia de medioambiente puedan incluirse en el tratado porque también obligarían a Estados Unidos. Entonces lo vemos favorablemente y no vemos allí reserva mayor», acotó.
Dijo que en el caso de los biomedicamentos y los tiempos para su protección, «México ha planteado varias alternativas que veremos cuáles se adoptan para que los tiempos de protección no sean tan extendidos».
Refirió que Estados Unidos ha propuesto el requerimiento de que 70 % del acero y el aluminio usados en los autos producidos en los tres países provenga de la región.
En el caso del acero, dijo que México no aceptaría que esa obligación entrara en vigor al ser ratificado el tratado. «Tendría que ser en un plazo de más de cinco años; caso contrario no lo aceptaríamos por ningún motivo».
«En el aluminio no vamos a aceptar ningún plazo porque México no tiene el recurso primordial del aluminio. Entonces, nos pondría en una desventaja muy grande», señaló.
Añadió que esas son «las líneas rojas, que así se denominan en la negociación comercial, que serán compartidas con Estados Unidos, y también desde luego, más tarde, probablemente con Canadá».
El canciller dijo que el Gobierno esperará la reacción de los estadounidense, y que informará de ella una vez que se conozca.
Finalmente, destacó que «nunca se había hecho una consulta en una negociación en curso de este tamaño al Senado de la República y a todas las fuerzas políticas».
El 30 de noviembre de 2018, los Gobiernos de México Estados Unidos y Canadá concluyeron la negociación del T-MEC, que debe sustituir el actual Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), en vigor desde 1994, una vez sea ratificado por los congresos de los tres países.
México ya ha ratificado el pacto y está a la espera de que Estados Unidos y Canadá hagan lo propio.