México, 12 dic (EFE).- Los microclimas de México le hacen ser un país muy singular, rico en biodiversidad y muy exigente en cuanto al tipo de cultivos que permite en sus suelos, pues la variabilidad natural, aunada a la crisis climática, conlleva infinidad de retos a la biotecnología agrícola, señalaron expertos a Efe.
Los expertos coinciden en que las grandes extensiones y planicies de Estados Unidos o Argentina permiten que en sus zonas de cultivo se den plantas con mejoras biotecnológicas de manera adecuada; sin embargo, en suelos de México se requieren características diversas dependiendo la región a ser sembrada.
Mauricio Usabiaga, secretario de Desarrollo Económico Sustentable del estado de Guanajuato, dijo que es esencial el uso de la tecnología para dar un uso adecuado al agua y otros insumos que utiliza el campo mexicano, ya que la agricultura en el país consume casi el 80 % del agua dulce nacional.
Sin embargo, la disparidad de suelos, altitudes diversas de las zonas de cultivo y climas variados, con selvas húmedas en el sureste, llanos en el centro y semidesierto o desierto en toda la franja fronteriza del norte, impiden que semillas mejoradas genéticamente tengan un posible futuro de éxito en todo el país.
«La realidad ecosistémica de México podría hacer inviable la masificación de uso de estos productos biotecnológicos, pues no tendrían rendimientos promedio», dijo.
Añadió que «se podría decir que son tres Méxicos, en el norte, sur y el Valle de México, que hacen diferentes las cosechas y hasta los hábitos de cultivo».
El funcionario declaró que las mejoras biotecnológicas buscan mejorar la calidad de vida de las personas del campo y recordó que naciones como Israel han ayudado a Guanajuato (centro) a optimizar el uso del agua en su altiplano.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que para el año 2050 la humanidad alcanzará los 9.000 millones de habitantes. Frente a este escenario, la agricultura, al igual que otras industrias, requiere de innovaciones y tecnologías que permitan responder a la demanda de alimentos, en un contexto de escasez de recursos, cambio climático y otros factores emergentes que pueden generar crisis en los sistemas alimentarios.
En México, centro de origen del maíz, destaca el trabajo del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (Cimmyt), que desarrolla investigaciones y conservación de estas semillas esenciales en la alimentación, pues la agricultura actual enfrenta tres desafíos convergentes que impactan la producción: el cambio climático, el crecimiento demográfico y los recursos naturales limitados.
El cambio climático amenaza los sistemas agroalimentarios en todo el mundo con inundaciones, sequías, enfermedades en los cultivos y otros escenarios que derivarían en sistemas alimentarios insostenibles, que propician hambrunas y conflictos sociales.
Por su parte, Octavio Loera, profesor investigador del Departamento de Biotecnología de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), indicó a Efe que las plantas transgénicas son una polémica que no se resolverá en el corto plazo, pues existen muchas animadversiones.
Refirió que las plantas se pueden confeccionar para adaptarse mejor al clima a través de la hibridación, mientras que existe la modificación genética, que implica un impacto en la agricultura.
Aceptó que el cambio climático es más acelerado de lo que se pensaba y se requieren mayores adaptaciones agrícolas con uso de la ciencia y la tecnología.
«Se necesita que los biotecnólogos impongan estrategias que vayan a la velocidad de las modificaciones de las lluvias, las sequías, las plagas. Por ello, se tiene que fortalecer a las plantas para una mejor adaptación a los ecosistemas, desde aspectos híbridos a biotecnológicos, y que las plantas sean más fuertes ante los cambios bruscos de la temperatura», dijo.
Enfatizó que cada microclima mexicano exige una mejora diferente en sus plantas de cultivo, desde Sinaloa y Sonora, donde hay una tierra muy propicia para usar semillas biotecnológicas, mientras que el Bajío del país es ideal para la mejora híbrida. «Es decir, tenemos todo un panorama muy diverso», expuso.
«Esto no significa que se afecten a los maíces nativos, sino que una parte de ellos se volverán más fuertes gracias a seguir utilizando la mejora tradicional. Sin embargo, debemos aplicar ambos métodos para contribuir a la autosuficiencia en cultivos esenciales para el país», sostuvo.