Carlos Arredondo y Frida Angélica Soledad llevaron ante los ojos de Dios su gran amor, recibiendo la bendición como esposos, y posteriormente, en una velada marcada por la alegría y el romanticismo, los ahora esposos brindaron por un feliz porvenir.
La noche de gala para los recién casados tuvo lugar en el jardín Baldoria, donde se vieron favorecidos con la presencia de sus más allegados familiares y amigos, quienes disfrutaron de un banquete a tres tiempos, música en vivo y, por supuesto, la divertida sesión fotográfica con los festejados, quienes lucieron más que felices en el que sin duda será uno de los días más importantes de su vida.