México, 25 dic (EFE).- La Navidad llegó a la capital mexicana por todo lo alto. Durante estos días se suceden las reuniones con amigos y familiares, tan propias de estas fechas, pero también existe la posibilidad de disfrutar de otras tradiciones, como la visita de belenes.
El Paseo de la Reforma, uno de los principales ejes viales de la Ciudad de México, es una muestra de ello y acoge una nueva edición de la muestra «Nacimientos y Piñatas», que se podrá visitar hasta el 7 de enero de 2020.
En el tramo de este bulevar comprendido entre los monumentos de Diana Cazadora y el Ángel de la Independencia, los visitantes pueden deleitarse con los 20 nacimientos y 45 piñatas gigantes instaladas en la zona, gracias al impulso de la Secretaría de Turismo capitalina.
Todas las creaciones se caracterizan por su gran originalidad. De hecho, la veintena de belenes instalados se definen por su colorismo y formas innovadoras, que están generando el apoyo del público.
«Solo hemos tenido buenos comentarios», confirmó a Efe el secretario de Turismo de Ciudad de México, Carlos Mackinlay.
En la realización de estas composiciones se involucraron empresarios turísticos mexicanos, negocios del Paseo de la Reforma y diferentes instituciones públicas, como entidades estatales o delegaciones de la capital.
La iniciativa «Nacimientos y Piñatas 2019-2020» se trata de una «idea antigua» que comenzó bajo el mandato del hoy presidente Andrés Manuel López Obrador cuando este era jefe de Gobierno del Distrito Federal (2000-2005), tras los trabajos de embellecimiento que tuvieron lugar en la zona.
«Se quería dar vida al Paseo de la Reforma», indicó Mackinlay. Por ello, se impulsaron diferentes iniciativas, como la descrita, cuya realización se interrumpió durante unos años, aunque se recuperó bajo la actual administración de Claudia Sheinbaum.
POR TODA LA CIUDAD
Sin embargo, el Paseo de la Reforma no es el único lugar en el que se suceden los belenes o nacimientos en la Ciudad de México. De hecho, se trata de una tradición muy extendida en la capital.
Una de las exposiciones más curiosas sobre esta temática comparte espacio entre el Palacio de Iturbide y el Foro Valparaíso, ubicados en el centro histórico. Recibe el nombre de «Nacimientos mexicanos. Arte y tradición popular» y permanecerá abierta hasta enero.
«La propuesta incluye ejemplos de nacimientos de diversas regiones de la República mexicana, elaborados con diferentes materiales y técnicas artesanales, como barro, madera, papel, fibras vegetales, piedra y cerería, entre otras», aseguraron a Efe los organizadores.
Así, «muchos de estos nacimientos se encuentran llenos de imaginación y, algunos de ellos, hasta de cierto humor», señaló Cándida Fernández, directora de Fomento Cultural Banamex y curadora de la exposición.
De hecho, en esta muestra se pretende conjugar la tradición de los belenes -cuyo origen se atribuye a San Francisco de Asís- con las técnicas ancestrales de creación.
«Muchos de estos nacimientos, elaborados por artistas populares, incorporan a la representación elementos característicos de su región, como la flora, la fauna y la arquitectura», explican los impulsores de la propuesta.
LA HISTORIA CONTINÚA EN EL CARMEN
Pero si existe un nacimiento curioso en Ciudad de México, ese es el que se monta en el Museo de El Carmen, ubicado en el antiguo Colegio de San Ángelo Mártir, un edificio construido en 1615 por frailes carmelitas descalzos.
El belén se emplaza en la «capilla doméstica» del complejo -donde los monjes realizaban sus rezos sin tener que salir del mismo-, bajo la vigilancia de un impresionante retablo barroco.
Eva María Ayala, directora del complejo museístico, fue la encargada de hacer el trabajo de documentación en torno a este nacimiento, basándose, para ello, en fuentes bíblicas -tanto canónicas como apócrifas- y en la «dramaturgia pastoral».
«La construcción de la tradición de los belenes y de la infancia de Cristo se hace a partir de diferentes evangelios apócrifos», explicó Ayala a Efe.
De cualquier forma, Ayala confirma que «todas las representaciones del nacimiento de Jesús surgen cuando, en el siglo XIII (1223), San Francisco de Asís quiso vivir en carne propia la escena del alumbramiento de Cristo».
En cualquier caso, el belén de El Carmen se encuentra dividido en diferentes escenas, como la llegada y la adoración de los reyes; la huida a Egipto de la Sagrada Familia; el nacimiento de Cristo; un «padre eterno» rodeado de querubines; ángeles músicos y escenas pastoriles, entre otros.
Este belén expone una cuarentena de piezas, que forman parte de una colección más grande perteneciente al coleccionista Diego Monroy. «Son excepcionales, puesto que se tratan esculturas hechas en cera en Salamanca (en el central estado de Guanajuato)», subraya Ayala.
Todo ello, además, intercalado por multitud de las tradiciones flores de Nochebuena, de origen mexicano y que, para Ayala, son «patrimonio biocultural» del país.