París, 30 dic (EFE).- La élite intelectual francesa se ha visto de nuevo salpicada en un caso de abusos sexuales a menores tras la denuncia de la editora Vanessa Springora, que a sus 47 años arremete en un libro contra el escritor Gabriel Matzneff, reconocido por una carrera literaria en la que ha ensalzado sus preferencias por los menores.
El ya llamado «caso Matzneff» llega poco después de recientes acusaciones contra los directores de cine Roman Polanski o Christophe Ruggia, y de que la ola #MeToo levantara también a actrices en una tribuna en la que defendían «el derecho a importunar».
El libro de Springora, «Le Consentement» («El Consentimiento»), no llega hasta este jueves a las librerías francesas pero su denuncia recorre ya la prensa gala y redes sociales, donde denuncia especialmente la negligencia de los adultos e intelectuales que no impidieron a sus 13 años aquella relación con Matzneff, que tenía entonces cerca de 50.
Lo conoció en una cena a la que acudía junto a su madre, responsable de prensa de una editorial, cuando el por entonces famoso escritor empezó a cortejarla con asiduidad. Le hablaba del deseo que sentía por ella y de la «necesidad» de tenerla.
Springora, directora de la editorial Julliard, «consintió» y asume en su libro haber compartido ese deseo que la destrozó cuando empezó a ver que ella era tan solo otra más en la lista de menores con las que el escritor se acostaba en paralelo, para retratarlas luego una y otra vez en sus libros.
«¿Cómo admitir que han abusado de ti cuando no puedes negar haber dado tu consentimiento, cuando has sentido deseo por ese adulto que se apresuraba para aprovecharse? «, se interroga en su libro.
Si confiesa haber tardado años en descifrar la subordinación con la que se entregó a aquel hombre, la inseguridad, el fracaso escolar y las crisis de ansiedad que siguieron a aquella relación, hoy asegura que despertó ante la alienación con la que se veía retratada en los libros de Matzneff, hoy de 83 años.
Matzneff es autor de ensayos como «Les Moins de seize ans» («Los menores de 16 años»), publicado en 1974, y de una serie de diarios cuya última entrega acaba de ser lanzada por la editorial Gallimard con pasajes que siguen defendiendo los mismos principios.
En un comunicado enviado al diario «Le Parisien», Matzneff denuncia los «injustos y excesivos ataques» recibidos tras el anuncio del libro y reivindica «la belleza del amor» que vivió con Springora, de quien leyó en un reciente vídeo cartas en las que esta le declaraba su pasión.
En 1977 fue el autor de una carta abierta publicada en «Le Monde» -periódico en el que durante años escribió una crónica semanal- en la que se pedía la absolución de tres hombres encarcelados por haber tenido relaciones sexuales con chicas y chicos de 13 y 14 años.
La petición la firmaron, entre otros, intelectuales de la talla de Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Gilles Deleuze, Louis Aragon, Roland Barthes o Jack Lang.
Pero cuando la carrera de Matzneff, honrado por Francia con el título de oficial de las artes y las letras en 1995 y en 2013 con el Premio Renaudot de ensayo, ha caído en el olvido y sus recursos literarios ni siquiera le permiten mantenerse, la publicación de Springora pone la mira sobre la tolerancia del mundo literario.
El periodista Bernard Pivot, presidente hasta este año de la prestigiosa Academia Goncourt y uno de los críticos más influyentes de Francia, se ha convertido en el blanco de reprobaciones en Twitter, donde circula el vídeo de una entrevista que le hizo al escritor en 1990 en la que Matzneff habla sin tapujos de su apetito sexual por chicas y chicos menores de edad.
En ese momento, y ante las risas de Pivot y del resto del plató, tan solo la escritora canadiense Denise Bombardier reaccionó al discurso de Matzneff sobre su preferencia por los menores por ser «más amables» que las mujeres de 25 o 30 años «que ya han vivido decepciones con los hombres».
«Lo que no puedo comprender es que en este país la literatura, entre comillas, sirva de coartada a este tipo de confidencias. El señor Matzneff nos cuenta que sodomiza a chicas de 14 o 15 años, que están locas por él (…) Los hombres mayores atraen a los niños con caramelos, él las atrae con su reputación», le reprendió entonces Bombardier.
La escritora, que lamenta ahora que aquella defensa le costara insultos y burlas en Francia, aplaude el testimonio de Springora y destaca que incluso la propia madre de la niña, «sabiendo que era un pedófilo», lo recibía en su casa porque era «un as de la literatura».
Pivot, por su parte, se ha justificado en Twitter atribuyendo su indulgencia a «otra época» donde la literatura primaba sobre la moral.
El ministro de Cultura, Franck Riester, ha anunciado ya que van a revisar la ayuda económica destinada a escritores enfermos o con problemas financieros que recibe Matzneff.
Por María D. Valderrama