México, 6 nov (EFE).- El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, evitó este miércoles comprometerse inequívocamente a no usar un lenguaje que estigmatice a los periodistas críticos con su Gobierno. «No tengo que comprometerme porque he actuado con respeto a todos», declaró.
Durante la conferencia de prensa matutina del presidente, Silvia Chocarro, representante de una coalición de organizaciones de defensa de la libertad de expresión, le preguntó si estaría dispuesto a responder con un «sí o un no» a si se compromete a no usar un lenguaje que estigmatice el ejercicio periodístico.
«Nunca he utilizado un lenguaje que estigmatice a periodistas. Quiero estigmatizar la corrupción, no a los periodistas», replicó el mandatario.
Argumentó que su Gobierno lleva a cabo un «diálogo circular» con los medios de comunicación. «Antes no se acostumbraba esto porque la prensa, con honrosas excepciones, estaba sometida, subvencionada», abundó.
«No había pluralidad, era predominante el dominio de la prensa al servicio del régimen. La prensa convencional, que marcaba la agenda, destruía a opositores, silenciaba lo que al régimen le convenía. Ahora todo el mundo se expresa. Tenemos la ventaja de contar con las redes sociales», manifestó.
Pese a declaraciones suyas contra periodistas citadas por Chocarro, aseguró que su Gobierno no usa un lenguaje ofensivo contra los periodistas, pero que ejerce su derecho de réplica «porque también tenemos derecho de manifestarnos».
Refirió por ejemplo que el diario español El País publicó una información bajo el titular «Obrador es un lastre», pero indicó que para ese entonces ya existían las redes sociales y que usó su «derecho de réplica».
«Pero de hacer esos cuestionamientos a que limitemos la libertad de expresión hay una gran diferencia», argumentó el presidente, que en varias ocasiones ha calificado a cierta prensa de conservadora, manipuladora y «fifí».
Aseguró que no ve a los comunicadores críticos con su Gobierno «como enemigos, sino como adversarios».
Al insistir Chocarro en su pregunta de si se comprometía a no usar expresiones que estigmaticen a los periodistas, replicó: «No he tenido otro lenguaje; no tengo que comprometerme porque he actuado con respeto a todos».
Al ser cuestionado respecto a la persistente violencia contra los periodistas en México, dijo que heredó del anterior Gobierno «un país en vías de destrucción».
Insistió en su argumento de que durante el «periodo neoliberal», cuyo inicio ubica en el mandato del presidente Miguel de la Madrid (1982-1988), los gobernantes «se esmeraron en saquear a México, y no les preocupó el pueblo».
«Por eso se empobreció la gente como nunca, se expresó una desigualdad enorme, monstruosa. Por eso los crímenes, los asesinatos, y en esto también los asesinatos de periodistas, muy lamentables», expuso.
Añadió que los Gobiernos anteriores «quisieron enfrentar el problema de la violencia con violencia, y agravaron más la situación».
Ante ello, sostuvo que su Gobierno busca «garantizar la paz y la tranquilidad, ya no teniendo como estrategia fundamental el uso de la fuerza, sino atendiendo las causas que generaron la inseguridad, que haya trabajo, buenos salarios».
Finalmente, afirmó que su administración hará todo lo necesario para procurar la seguridad de los periodistas, y aseguró que ya quedó erradicada la práctica de espiar a los comunicadores y disidentes del Gobierno.
México es uno de los países más peligroso para el ejercicio del periodismo del mundo y solo este 2019 ya se han registrado 10 periodistas asesinados debido a su labor profesional, según la ONG Artículo 19.