Madrid, 7 nov (EFE).- El tenor mexicano Javier Camarena, récord absoluto de «bises» en el Real, comenzará el próximo sábado en ese coliseo su «reinado» de un mes cantando en la función de «L’elisir d’amore» y no sabe aún si su interpretación de la archifamosa aria «Una furtiva lágrima» será una nueva marca en su carrera.
«Ahora mismo pienso que no, que no habrá un bis. Primero porque depende absolutamente de que el público lo pida pero también de cómo yo me sienta porque llevo el último mes batallando con alergias y con una inflamación de los cornetes, por eso pienso hoy pienso que no», explicó a EFE el cantante.
Para Camarena, único intérprete al que el público del Real ha pedido en tres ocasiones distintas que repitiera el aria que acababa de cantar en una función de ópera, hacer un bis es «el climax» de la relación «entre el cantante y el personaje con el público».
El mexicano (Veracruz, 1979) debutó en el Real en 2014 con «La fille du regiment», de Donizetti, y protagonizó los históricos bises en el aria «Ah! mes amis, quel jour de fete», y se lo pidieron de nuevo en el sexteto de «Lucia di Lammermor» en 2018.
«Es una conexión mágica, un momento extraordinario. Al tocar las fibras más sensibles constatas que la ópera sigue teniendo ese poder de conmover y emocionar al público», añadió.
Camarena ha presentado hoy junto al director general del teatro, Ignacio García-Belenguer, y su intendente, Joan Matabosch, la actuación del próximo sábado en la ópera de Donizetti, la gala benéfica que protagonizará el día 13 y la ópera que cantará entre el 30 de noviembre y el 20 de diciembre, «Il pirata», de Bellini.
«Volver al Real es volver a mi casa. Mi presencia en España significa evolución porque aquí he hecho el debut de ‘I Puritani’, ‘Lucia di Lammermor’ y ‘María Estuarda’ y será también mi primera vez con ‘Il Pirata'», explicó.
El artista debutó en el papel de Nemorino de «L’elisir» en México en 2005, en español, la hizo de nuevo, ya en italiano, en Viena, y la luego en el Liceo de Barcelona, así que esta ocasión -solo canta en la función del día 9- será la cuarta.
«Me han pedido muy poco hacer este rol, que me encanta. Es la primera ópera que me aprendí entera de estudiante. Tengo un cariño muy especial a Nemorino, y retomar el papel me emociona», indicó.
Sobre el papel de Gualtiero en «Il Pirata» detalló que aunque es una ópera belcantista está ya en el camino del romanticismo, con tonos más dramáticos: «es muy intenso y muy exigente; un reto bastante interesante del que aún estoy descubriendo muchas cosas en la partitura».
Su deseo es que su voz siga creciendo y para eso trabaja muy duro, preparándose con ahínco, algo a lo que anima a los jóvenes.
«Las oportunidades se presentan cuando estás listo para aprovecharlas. El mundo actual nos acostumbra a la inmediatez y el riesgo que corren los jóvenes es el de no permitirse paciencia, ir creciendo en los repertorios más exigentes. Todo depende de la inteligencia del cantante».
En su caso, dijo, el «truco» es el reposo. «El 21 de noviembre hará 15 años que debuté, en Zurich. Desde el inicio todo ha sido vertiginoso y hay que respetar la necesidad de descanso. No se puede correr un maratón cada día».
«En el plano fantasioso me gustaría, como hizo Kraus, cantar ‘Tosca’ pero en el consciente igual no llego. No es que esté instalado en la zona de confort del belcanto pero antes que estudiar mucho», se ha reído.
Lo más importante para él, agregó, «no es cantar por cantar sino la oportunidad de desarrollar la voz. Me interesan los retos»
Entre enero y febrero hará una gira de recitales centrado en el repertorio francés, que será el próximo paso que atisba en su carrera, un futuro para dentro de cuatro años en el que llegarán títulos como «Lakme», «Romeo y Julieta» y «Manon» y dentro de ocho años, «quizá», «Los cuentos de Hoffmann».
Concha Barrigós.