Gabriel de Jesús Esparza y Diana Rosales unieron sus vidas por medio del séptimo Sacramento de la ley de Dios, en una ceremonia que tuvo lugar en el templo de Nuestra Señora del Rosario (La Merced).
Al pie del altar principal la novia fue entregada a su prometido, ambos ocuparon los reclinatorios que tenían destinados para ellos y con atención escucharon la misa en su honor.
Luego, el sacerdote llevó a cabo el ritual matrimonial, durante el cual preguntó a Gabriel de Jesús y Diana si estaban dispuestos a amarse y respetarse como esposos, así como a recibir con amor los hijos que Dios les mande, a lo que contestaron afirmativamente aceptándose como marido y mujer.