México, 7 nov (EFE).- Alrededor del 80 % de los pacientes con diabetes presentan algún tipo de retinopatía diabética tras 15 años de padecer la enfermedad, y de ellos, alrededor de un tercio desarrolla importante disminución en su visión, afirmaron este jueves expertos en Ciudad de México.
«El grave problema es que la mayoría de ellos terminarán ciegos», explicó a Efe el doctor Virgilio Morales, jefe del Servicio de Retina de la Asociación para evitar la ceguera en México (APEC).
Explicó que todos los pacientes que padecen diabetes están en riesgo de desarrollar Edema Macular Diabético que es la causa más frecuente de deterioro visual en las personas que viven con esta enfermedad.
El jefe del departamento de retina y vítreo en la Fundación Hospital Nuestra Señora de la Luz, Abel Ramírez, advirtió que entre el 38 y el 40 % de los diabéticos que no tienen un control adecuado de la enfermedad, «después de cinco años de padecerla pueden quedar ciegos».
Sin embargo, la mayoría de los pacientes «no se preocupan por su salud visual» ya que quienes tienen afectada su retina no tienen síntomas y ven bien por mucho tiempo.
«Desafortunadamente muchos llegan cuando ya no se puede frenar ni revertir el padecimiento», lamentó.
La retinopatía diabética es un padecimiento que no tiene cura, pero si se detecta oportunamente puede frenarse su desarrollo.
Sin embargo, la desinformación y falta de cultura de prevención inciden en que se haya incrementado en 25 % la prevalencia de esta enfermedad en países de ingresos medios y bajos.
Los especialistas aseguraron que, aunque existe tratamiento para esta condición, suele ser muy costoso, ya que uno de los más efectivos son inyecciones que se ponen en los ojos, pero el costo de estas asciende a 20.000 pesos (1.044 dólares) cada una.
«En el primer año de tratamiento, un paciente puede requerir hasta cinco inyecciones y, actualmente, la única institución pública que las ofrece es el ISSSTE», lamentó Ramírez.
En México, se estima que hay más de 12 millones de pacientes adultos padecen diabetes, de ellos, 4 millones están en riesgo de perder la vista permanentemente.
Ambos especialistas coincidieron en que un adecuado control de los niveles de glucosa en sangre a través de tratamiento médico y hábitos saludables pueden reducir el inicio de la enfermedad un 76 % y la progresión de la misma en 54 %.
Refirieron que las revisiones, conocidas como fondo de ojo, deben realizarse de preferencia desde que la persona es diagnosticada, ya que esto ayudará a detectar tempranamente la enfermedad.
Y de no encontrarse indicios del padecimiento en esa primera revisión, la visita al oftalmólogo puede ser de forma anual, además de llevar hábitos saludables, como revisar la presión sanguínea, el colesterol y dejar de fumar en caso de hacerlo.