México, 16 nov (EFE).- La cerveza, los tacos, el café, el mezcal y el aguacate son productos que representan la cultura mexicana a nivel internacional, pero también son industrias emblemáticas que ejemplifican los problemas que aquejan al país.
Así lo demuestra el investigador Nathaniel Parish Flannery en su nuevo libro «Searching for modern Mexico» (Buscando el México moderno), donde en un recorrido desde la frontera sur, en Chiapas, hasta la norte, en Baja California, encuentra tres claves que explican al país: la desigualdad, la informalidad y la ilegalidad.
El autor estadounidense halló una «paradoja mexicana», que es que nueve de cada 10 empresas son informales, como las taquerías de cada esquina, y por otro lado está la desproporcionada concentración de la riqueza, reflejada en que solo dos empresas concentran el 99 % del mercado cervecero del país.
«Si queremos resumir, es que los tacos representan la informalidad en la economía mexicana y la cerveza representa la concentración de monopolios en este mercado. Y eso es un tema súper clave para entender a México», detalla el también consultor internacional en entrevista con Efe.
El escritor recolectó las historias de familias, emprendedores y empresarios de Chiapas, Oaxaca, Michoacán, Jalisco y Baja California, estados que acogen la producción de estas industrias que han adquirido notoriedad internacional en los últimos años.
Sin embargo, pese a la relevancia de productos como el café y el mezcal, «los empresarios están muy solos» y carecen de apoyos gubernamentales para crecer y exportar, advierte Parish Flannery, quien cita que 99 % de los negocios en México solo cuentan con una sucursal, lo que les impide competir con cadenas internacionales.
«Son empresas familiares que son muy ineficientes, que no usan mucha tecnología y que siguen usando procesos sumamente artesanales y antiguos para hacer productos tradicionales», menciona.
Otro ingrediente de la paradoja mexicana es la criminalidad, un elemento común en los lugares que visitó y que aqueja tanto a los pequeños productores como a los grandes industriales, aunque con distintos grados de impacto.
Esto es evidente, puntualiza, en el cultivo de aguacate de Michoacán, donde las exportaciones de esta fruta traen ganancias de más de 1.000 millones de dólares al año a los empresarios, quienes han formado un «Ejército privado» para protegerse del crimen organizado.
«El aguacate tiene el apodo de ser el ‘oro verde’ de México porque es un negocio tan rentable, entonces en Michoacán sí hay empresarios muy poderosos que tienen mucho poder económico, pero igual ellos están enfrentando un tema de crimen organizado horrible, pero tienen el poder para buscar soluciones propias», indica.
La clave, para el investigador, es que en México los empresarios muy ricos y los informales tienen en común que no pagan impuestos suficientes, lo que se refleja en que la recaudación fiscal es la mitad de Estados Unidos y Canadá en proporción del producto interno bruto (PIB).
Además, agrega, las fortunas de las 16 familias más ricas de México aumentó en 500 % durante las primeras dos décadas del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), en vigor desde 1994, aunque la economía creció menos de 1 % anual en promedio en ese mismo periodo.
Por ello, para resolver la paradoja mexicana, el consultor sugiere una reforma fiscal para incentivar la formalización, pero también para controlar el «poder político que tiene la oligarquía mexicana», algo que no ve claro en la Presidencia de Andrés Manuel López Obrador, quien llegó al poder en diciembre pasado.
«En México, tenemos un presidente supuestamente de la izquierda que quiere ser aliado de los multimillonarios y que no quiere aumentar los impuestos para nada. Y yo creo que eso es una paradoja para la política que busca el progreso en la sociedad», reflexiona.