Hong Kong, 24 nov (EFE).- En la consumista y cosmopolita Hong Kong, donde salir de compras o a cenar son una parte esencial de las costumbres del fin de semana, si hay una larga cola en la calle lo habitual es que obedezca a que esté en rebajas alguna tienda o haya abierto un nuevo y popular restaurante.
Pero las largas colas de gente hoy por toda la ciudad no tenían nada que ver con los placeres materiales, sino con las cuatrienales elecciones a los consejos de distrito, que han marcado un récord histórico de participación en unos comicios.
Desde primeras horas del día, filas de centenares de metros se formaron ante los colegios electorales del territorio semiautónomo chino.
Gentes de todas clases aguardaron más de una hora ante las puertas de los lugares de voto de su distrito para elegir a sus representantes.
La tranquilidad que se respiró hoy en la ciudad no tenía nada que ver con la violencia y los disturbios vividos durante las últimas semanas y tampoco con las masivas manifestaciones de los primeros compases de las protestas.
Muchos ciudadanos parecían tener un sentimiento de urgencia por depositar su voto y expresar su opinión sobre lo acaecido en la ciudad en los últimos seis meses.
Ken Hung, un diseñador de 42 años que votó por la mañana en la zona oeste del distrito de Kowloon, explicó a Efe que decidió votar a primera hora tras recibir varios mensajes que urgían a hacerlo lo más pronto posible.
«Decían que el campo pro-Pekín podría enviar a matones para causar problemas si un gran número de votantes jóvenes acudía a las urnas. Cuanto más tarde votes será más arriesgado, porque el Gobierno puede decidir cerrar los colegios con el pretexto de la violencia», explicó.
Un escenario que, en cualquier caso, no se materializó y a las 19.30 horas locales ninguno de los más de 600 colegios tuvo que cerrar prematuramente y cerca de 2,63 millones de personas habían votado, un 63,65 % del censo electoral.
El Gobierno de Hong Kong tomó además medidas preventivas de posibles incidentes y por primera vez en la historia de la ciudad fueron desplegados agentes antidisturbios en cada uno de los colegios electorales.
Las largas colas de votantes de la mañana se redujeron por la tarde, pero aún así durante todo el día no pararon de desfilar ciudadanos antes los colegios, desde jóvenes hasta ancianos con bastón o discapacitados en sillas de ruedas.
Las urnas eran la primera oportunidad para los habitantes de Hong Kong desde el comienzo de las protestas hace seis meses de expresar su opinión sobre las mismas y sobre lo que está sucediendo en la excolonia británica.
Vincent Lau, un joven que fundó una start-up y se ha mudado recientemente a Singapur, voló el pasado viernes a su ciudad natal junto a tres amigos para participar en la votación.
«Antes de mudarme a Singapur participé en las grandes manifestaciones de junio. No estoy involucrado en ninguna lucha violenta en las calles. Votar es todo lo que puedo hacer», dijo Lau a Efe en un colegio electoral del distrito de Sai Ying Pun en la isla de Hong Kong.
Entre la gente mayor, se encontraban amas de casa como Li Xin, que esperaba mejorar sus condiciones de vida con las elecciones.
«El bienestar social para gente como nosotros es muy inadecuado. Mis dientes me duelen y no tengo suficiente dinero para ir al dentista», afirmó Xin ante el colegio donde votó en la zona de Cheung Sha Wan.
El artista retirado Paul Leung, por su parte, cree que las elecciones son «sobre el futuro» y se pregunta: «¿Queremos ver a nuestra gente joven sufrir?»
Como mucha gente que acudió a votar hoy, Leung tiene cuidado de no mostrar directamente sus preferencias políticas. Al margen de su propia reserva, muchos han sido aconsejados por mensajes en las redes sociales de no tomar parte en las encuestas a pie de urna.
Según Hung, el diseñador, la estrategia es «mentir si te preguntan a la salida de los colegios. La idea es confundir a los adversarios».
«Yo confió en una arrolladora victoria del campo prodemocrático, pero quién sabe qué pasará al final», señala.
Por Shirley Lau