México, según proyecciones del FMI, liderará la caída del PIB regional para Iberoamérica, por causa tanto del efecto de la pandemia, como de la eficacia o ineficacia con que cada país de la región atendió y atiende la crisis sanitaria como el parón económico, de tal manera que si la proyección de la bajada del Producto Interno del Río Bravo a la Patagonia promedia 9.5 puntos porcentuales, nuestro país tendría una reducción estimada en 10 puntos porcentuales para este aciago 2020.
Pero podemos estar tranquilos, pues por sobre los pronósticos del Banxico, de los expertos que el banco central encuesta de entre los analistas de las instituciones financieras, de la CEPAL, el BID y las firmas calificadoras, que cada vez que revisan el pronóstico para México lo empeoran, el presidente dice que él está optimista, lo que a muchos en este país, presas de una irrealidad contagiosa, parece bastarles aunque se queden sin trabajo o vean reducidos sus ingresos y su capacidad de compra.
¿En qué funda su optimismo el mandatario? Lo desconocemos en absoluto, pues hace muchas semanas que nadie de su Gabinete económico ha dicho nada y de nueva cuenta los interesados en estos asuntos se vuelven a preguntar por el paradero de Arturo Herrera, el titular de Hacienda, de tal manera que si existe un plan de reactivación económica este permanece en calidad de ultra secreto.
Para poner en contexto el tamaño de las dificultades que enfrentamos, y que parece seguro se prolongarán el segundo semestre del año, los pronósticos del Fondo para la economía mundial establecen una caída de 4.9% del PIB, que es duplicado por el citado pronóstico para nuestro país, donde pronto volveremos a escuchar, que la producción, el empleo y el consumo pueden caer todo lo que quieran porque lo que importa es el bienestar, cuyo modelo parece ser el de los faquires, que logran la paz interior y la iluminación vistiendo con lo elemental, descalzos, comiendo vidrios y durmiendo en camas de clavos.
Este nuevo ajuste negativo del pronóstico de crecimiento de la actividad económica para México llega junto con parte de la explicación, pues la empresa Iberdrola anunciaba ayer, luego de acusar recibo de los ataques y acusaciones recientes de AMLO, decidió cancelar una inversión de mil 200 millones de dólares que proyectaba invertir en una planta de generación eléctrica en Tuxpan, Veracruz.
Se diría que nuestra economía no es que esté enferma, sino que está herida de gravedad, y que el médico tiene una heterodoxa visión de cómo se sana al paciente, con puñaladas del tipo cancelar el NAICM de Texcoco, cancelar inversiones como la de Constellation Brand, a la que le cancelaron la autorización para invertir en una planta cervecera en Mexicali y ahora el pleito a vencer o morir contra los inversores del sector energético, en una lógica homeopática de que si alguien llega a Urgencias con una puñalada en el abdomen el tratamiento adecuado es coserlo a machetazos.
Seguro, lo ignoramos, así se logra que los faquires alcancen soportar sus famosas prácticas de automortificación, a base de una práctica permanente y progresiva en el ascetismo del que cree que la pobreza es el estado ideal del hombre y que para soportar el dolor y fortalecer el espíritu nada hay como una dieta a base de antorchas y espadas.