México, 3 oct (EFE).- México despidió este jueves con todos los honores al humanista Miguel León-Portilla, el máximo conocedor de las culturas prehispánicas y de las comunidades indígenas actuales, que falleció el pasado 1 de octubre a los 93 años dejando un enorme vacío en el ámbito académico mexicano y mundial.
A las 12.00 horas (17.00 GMT), llegaron al céntrico Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México los restos del historiador, filósofo, antropólogo y lingüista mexicano para una ceremonia de homenaje con familiares, autoridades, colegas y admiradores de su obra académica.
Ser despedido en este emblemático lugar es un honor reservado para las más célebres personalidades que han vivido y desarrollado su carrera en México, como Fernando del Paso, Juan Gabriel, Chavela Vargas, Gabriel García Márquez, Octavio Paz o Frida Kahlo.
«Hoy el Palacio de Bellas Artes abre sus puertas para uno de los grandes», expresó en la ceremonia la secretaria mexicana de Cultura, Alejandra Frausto, quien definió a López-Portilla como un hombre «generoso que supo sembrar el amor al conocimiento y al estudio de este México diverso y extraordinario que tenemos».
Una enorme fotografía en blanco y negro de León-Portilla, retratado con la jovial sonrisa que tanto lo caracterizaba, presidió la emotiva ceremonia en la que se dijo adiós al académico que impulsó la sustitución del concepto «descubrimiento de América» por el de «encuentro de dos mundos».
Mientras que la bandera de México y la de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de donde era profesor emérito, cubrieron el ataúd de quien fue considerado un maestro de maestros y recordado por su enorme disciplina tanto en el trabajo como en la siesta que se tomaba a diario.
«Don Miguel se fue físicamente pero nos deja su permanente sonrisa, su inmensa empatía por la humanidad y su libertad de pensamiento», expresó el rector de la UNAM, Enrique Graue, quien encomió su tesis doctoral, «Filosofía náhuatl» (1956), con la que revolucionó los estudios indigenistas.
León-Portilla no solamente fue el mayor historiador mexicano de la época prehispánica, sino también el pionero en el estudio de la participación de los pueblos indígenas en los movimientos sociales actuales.
Y mantuvo el compromiso académico y el activismo a favor de los pueblos originarios hasta el final de sus días, incluso cuando ya casi no podía moverse y recibía en casa visitas como la del ya expresidente Enrique Peña Nieto para escuchar sus consejos.
Para rememorar su férrea defensa de la pluralidad cultural de México, varios artistas recitaron en el evento poesía en diversos idiomas indígenas del país, como el náhuatl, el maya, el mixteco, el zapoteco, el mixe, el totonaco o el mazateco.
Nacido en Ciudad de México en 1926, León-Portilla es reconocido como uno de los hombres más sabios del país así como un férreo conocedor y defensor de las culturas indígenas, especialmente la náhuatl, originada en el centro del actual México.
En su carrera, León-Portilla hizo grandes contribuciones a la comprensión de la obra de figuras como Fray Bernardino de Sahagun, y dejó para la posteridad una nueva forme de ver el mundo indígena con la obra «La visión de los vencidos».
Esta obra, que se publicó en 1959, es el único testimonio difundido sobre la conquista de México, en la que se presentaron textos traducidos del náhuatl para dar la visión de los propios vencidos, los indígenas de Tenochtitlán y Tlaxcala.
La producción académica de este investigador comprende más de medio centenar de libros, 31 de los cuales han sido traducidos a idiomas distintos al español y más de 500 artículos de investigación
Fue miembro destacado de las mayores instituciones académicas del país: El Colegio Nacional, la Academia Mexicana de la Historia, la Academia Mexicana de la Lengua y la Academia Nacional de Ciencias.
Al menos 25 universidades de distintos continentes invistieron con el doctor «honoris causa» a León-Portilla, cuyo prestigio internacional lo llevó a encabezar la delegación de México ante la Unesco.