Montevideo, 5 oct (EFE).- Aunque confiesa que por un largo tiempo no quiso cargar con el peso de su segundo apellido, hoy Zamaswazi Dlamini-Mandela, segunda nieta de Nelson y Winnie Mandela, ve en el legado del inagotable activismo de sus abuelos una parte de sí misma y un estímulo para continuar con la lucha.
Así lo expresó en una entrevista con Efe durante su primera visita a Uruguay la nieta del primer presidente negro de Sudáfrica (1918-2013), quien destacó que, como todo en su vida, aceptar que el legado familiar de los Mandela conllevaba una gran responsabilidad fue «un recorrido».
«Por un largo tiempo no estaba cómoda con que la gente supiera que venía de esta familia porque con esto venía mucha presión y yo quería vivir mi vida por fuera del foco pero me di cuenta con el tiempo que en vez de ocultarlo era algo que necesitaba abrazar. Es una parte de quien soy», manifestó.
Es así que, una vez que dilucidó que, aunque tenía que ser responsable por el legado de su familia podía «elegir su propio camino», Dlamini-Mandela encontró en su vida el balance que, apuntó, tanto «Madiba», como cariñosamente se conoce a Mandela en su país, como Winnie querían para sus descendientes.
Si bien recalcó que ambos le decían a sus nietos que no tenían por qué meterse en la política, Dlamini-Mandela, que combina su rol de madre con el de emprendedora y puntualizó que cree que todos sus primos están haciendo «lo que les gusta» y aportando a diversas causas.
Preguntada sobre qué es lo que más le inspira tanto de la historia de vida de su abuelo, un icono de la lucha contra el apartheid sudafricano, como de su abuela, que siguió con esa causa luego de que Mandela fuera encarcelado, subrayó que es su incesante compromiso con el combate por la libertad y la equidad racial.
«Creo que (lo que más me inspira es) su increíble compromiso con la humanidad y su persecución desinteresada por alcanzar lo que querían; su habilidad de perseverar pese a los tiempos muy difíciles que les tocó vivir luchando por algo en lo que fundamentalmente creían», propinó.
En esa línea, Dlamini-Mandela, valoró que si bien está claro que los problemas de la Sudáfrica de hoy son otros, cree que por más que la comunidad negra ya tenga libertad política, aún no tiene libertad económica y social y, por ende, «la lucha continúa».
«Por más cursi que suene todos tenemos que ser el cambio que queremos ver y para mí, sin importar lo que sea, sea la educación, el cambio climático, salvar a los rinocerontes o (trabajar con la) discapacidad todos tenemos que hacer algo. Todos tenemos la responsabilidad de hacer que nuestras comunidades mejoren», enfatizó.
Además, respecto a su visión ante un panorama mundial donde hay líderes que imparten discursos de odio en lugar de promover integración, la sudafricana, cofundadora de la empresa de apoyo laboral para personas discapacitadas «Qunu Workface» y de la ONG «Long Walk to Freedom», dijo que si bien es «aterrador» hay que centrarse en lo bueno.
«El mensaje de mi abuelo realmente era de amor hacia la humanidad y de amarnos el uno al otro y para mí esa es la base de cualquier tipo de unidad. Es la habilidad de ver a tu vecino como te ves a ti mismo (…). Entonces creo que en el amor está la base para una integración real», sentenció.
Sobre ese punto, aunque no sabe qué hace falta que pase para que la sociedad reaccione y no soporte «la violencia, la inequidad, el abuso contra mujeres y niños o la intolerancia» la emprendedora sostuvo que el cambio tiene que venir si todos «levantan la voz» ante las injusticias.
«Mis abuelos fueron activistas hasta el día que murieron, nunca se quedaron callados ante una injusticia sin importar cuán pequeña fuera, así que para mí eso es lo que tenemos que hacer, levantar la voz», aseguró.
Por otro lado, la nieta del nobel de la Paz, que se manifiesta orgullosa de su marca de ropa y los productos que vende para financiar el proyecto «Mandela School Library Project», que lleva contenedores de libros a comunidades desfavorecidas, recalcó que hace falta más mujeres líderes.
«Una de las cosas que me gustaría ver es una mujer presidente en mi país pero sí creo que tiene que ser la persona indicada, creo que no se puede simplemente poner a una mujer ahí (por ser mujer)», concluyó.
Durante su visita en Uruguay, Dlamini-Mandela participó de «XCALA Summit» un encuentro latinoamericano sobre la inversión ángel y el emprendimiento en la región.
Por Alejandro Prieto