León (México), 9 oct (EFE).- El Gobierno de México y los grandes empresarios industriales del país se marcaron este miércoles el reto de ampliar el número de empresas exportadoras y diversificar sus productos para lograr una economía más competitiva en un entorno internacional complejo.
«México es un país de microempresas pero no conectadas a la plataforma exportadora», expresó la secretaria mexicana de Economía, Graciela Márquez, durante la inauguración de la Reunión Anual de Industriales organizada por la Confederación de Cámaras Industriales de México (Concamin) en León, estado de Guanajuato.
Por ello, la secretaria declaró que el país tiene que conectar a las micro y pequeñas empresas (el 95 % del total de negocios de México) a «las cadenas globales de valor e incentivar a las empresas exportadoras a que las incorporen a su cadena de proveeduría».
Además, hizo un llamado ante los empresarios industriales para que diversifiquen sus exportaciones, ya que en su inmensa mayoría son de materiales, para así lograr que la economía mexicana sea mas competitiva.
«Avancemos de la mano del Gobierno para lograr una mejor competitividad en el mundo», dijo a los empresarios la funcionaria.
Para lograrlo, Márquez señaló como una ventaja el hecho de que México es «una de las economías más abiertas del mundo» en un contexto global marcado por los gestos proteccionistas de las grandes potencias.
«México tiene un carácter que lo hace ser resiliente al contexto internacional», reivindicó la ministra, quien apuntó que México tiene 13 tratados de libre comercio con 48 países y es un gran defensor del multilateralismo en las relaciones internacionales.
En ese sentido, dijo que el país debe «aprovechar esa economía abierta» y se comprometió como Gobierno a «reducir la carga regulatoria cuando no tenga sentido y suponga un obstáculo para el crecimiento de las empresas».
En la inauguración, el presidente de la Concamin, Francisco Cervantes, celebró que México es el séptimo país manufacturero del mundo, pero coincidió con la secretaria el hecho de que «tiene un problema bastante grande en la proveeduría» y el reto de «incrementar las cadenas de valor».
Además, hizo un llamado para que las empresas industriales incorporen a sus procesos de producción, diseño y distribución los procesos derivados de la cuarta revolución tecnológica, conocida como 4.0, que pasan por la digitalización y el uso de inteligencia artificial y grandes bases de datos.
Cervantes ofreció su «más comprometida cooperación» con el Gobierno para diseñar un decálogo de política industrial que establezca estos elementos, después de «tres décadas» sin una política industrial «clara».
A su vez, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Carlos Salazar, insistió en que «la única manera de atacar la pobreza es generando riqueza mediante el crecimiento y la generación de riqueza».
«La riqueza se genera en la medida en que tengamos más y mejores inversiones, más y mejores empleos, más y mejores salarios», dijo Salazar, quien llamó a los empresarios a adaptarse a la digitalización y las nuevas tecnologías para mejorar la competitividad y la diversificación de la economía mexicana.
La Reunión Anual de Industriales de la Concamin se celebra junto a la feria tecnológica que organiza la Hannover Messe y que ha traído a industriales alemanes a León para abordar la convergencia de tecnologías digitales, físicas y biológicas.
El presidente de la Federación de la Industria Alemana (BDI), Dieter Kempf, expresó que «las empresas alemanas han contribuido al desarrollo de la industria de México», país que alberga a casi 1.000 empresas con capital alemán.
Además, dijo que la industria alemana y la mexicana comparten «valores comunes» como la idea de que «la economía debe servir a la sociedad».
Uno de los ejemplos es el grupo tecnológico e industrial Siemens, que cumple este año 125 años trabajando en México, como recordó su director general Joe Kaeser, quien dijo que todas las empresas tienen la «responsabilidad» de combatir la pobreza en el país.