México, 16 oct (EFE).- El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, negó este miércoles que la muerte de un soldado y 14 «agresores» en un enfrentamiento de civiles armados con miembros del Ejército en el estado de Guerrero fuese un acto en represalia por el asesinato de 13 policías estatales en Michoacán.
«No, lo descarto completamente», respondió el mandatario al ser preguntado por un periodista sobre si la masacre registrada este martes en el municipio de Tepochica en Guerrero era una «revancha».
En su conferencia matinal en el Palacio Nacional, el presidente dijo que ambos hechos «son cosas distintas» y que su Gobierno no permitirá «que se aplique el ojo por ojo» en el combate a la delincuencia.
«Lo he dicho en otras ocasiones, nos quedaríamos chimuelos (sin dientes) todos, no se puede enfrentar la violencia con la violencia», sentenció.
Este lunes, 13 agentes de la policía estatal murieron en un ataque en el municipio de Aguililla, en el occidental estado mexicano de Michoacán, perpetrado por el cártel Jalisco Nueva Generación.
El mandatario calificó el suceso de este martes en Guerrero de «muy lamentable» y apuntó que desde su Gobierno no quieren «más enfrentamientos» ni «más violencia».
Sobre su estrategia para pacificar el país, comentó que dista mucho de la ejercida por Administraciones anteriores, quienes sí apostaron por un combate frontal contra el narcotráfico, como es el caso del expresidente conservador Felipe Calderón (2006-2012).
Por contra, dijo López Obrador, su Gobierno está optando por «un nuevo paradigma» en el que no prima el uso de la fuerza ni «la letalidad».
«¿Qué es la letalidad? Cuando son siempre más los muertos que los heridos y que los detenidos, es cuando hay un afán de exterminio en donde se rematan los heridos, eso duele decirlo pero se practicó en México», señaló el presidente.
López Obrador comentó que su estrategia pasa por atender las causas que abocan a la gente a dedicarse a la delincuencia.
Dicho esto, criticó a las Administraciones anteriores que, a su juicio, durante 36 años permitieron la corrupción y, por ende «el Gobierno desatendió al pueblo», que reaccionó entregándose a la delincuencia para subsistir.
El estado de Guerrero es uno de los más afectados por la violencia en México, con miles de muertos desde la desaparición de 43 estudiantes de la escuela para maestros de Ayotzinapa en septiembre de 2014 en Iguala a manos de policías corruptos y miembros del grupo criminal Guerreros Unidos.
Este ataque contra militares tuvo lugar un día después de que 14 agentes de la Policía estatal de Michoacán murieran durante un ataque armado registrado en el municipio de Aguililla, en el occidental estado de Michoacán.
México padece una ola de violencia y un incremento en la mayoría de delitos tanto de alto como de bajo impacto. Según los datos más recientes del Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública, de enero a agosto de 2019 el país ha registrado 23.063 asesinatos.