México, 16 oct (EFE).- La expansión acelerada del español comenzó en el Nuevo Mundo en 1770 por un desplazamiento lingüístico, en principio debido a que era una lengua de conquista y después porque se convirtió en una lengua patrimonial para los mexicanos, explicó este miércoles el experto en dialectología Pedro Martín Butragueño.
Butragueño sostuvo que este auge «no tiene que ver con los conflictos estructurales lingüísticos o con su capacidad real o imaginaria de ser más útil para ciertos propósitos», sino meramente por una cuestión de poder.
Dicha situación provocó que surgiera un bilingüismo -actualmente en peligro- iniciado por los líderes lingüísticos como Doña Marina o el clérigo español Gerónimo de Aguilar, quienes introdujeron el idioma y moldearon el comportamiento.
La situación se torna alarmante para los lingüistas debido a que si se llega a un monolingüismo de español las demás lenguas pueden ser desplazadas e incluso desaparecer porque en una o dos generaciones «se rompe la cadena de transmisión».
El experto resaltó que depende de que tan cerca esté una comunidad indígena de una hispanohablante es el porcentaje de bilíngües que se tiene.
No obstante, entre los adultos mayores de estos sitios es el español es sinónimo de alienación, por ello, lo usan solamente para el trabajo mientras que su lengua materna les da identidad, explicó.
Aurelio González Pérez, especialista en literatura tradicional y popular, sostuvo que otro factor que influyó para que los mexicanos se apropiaran de la lengua española se remonta a la conquista, en 1519, gracias a la literatura que llegó en la memoria de los españoles.
«En su memoria traen fija una literatura y esa literatura es el saber no aprendido pues lo oían y se les pegó, volviéndolo un instrumento de identidad que se convierte en algo importante para México», dijo.
Entre los soldados de Hernán Cortés, de acuerdo con González, había cantores y vihuelistas -instrumento de cuerda similar al violín- que llegan al Nuevo Mundo a «cantar aquellas cancioncillas que aprendieron en sus pueblos, romances de caballeros, romances apasionados».
El fenómeno se dio en todo el continente pues «la música ayuda para difundir la literatura tradicional, un patrimonio inmaterial que se afinca en el Nuevo mundo», pero para que tengan sentido estas canciones van a tener que cambiar y hacer referencia a la realidad que se vive.
«Tuvimos que meter guacamayas, porque es lo que había. Va a haber un proceso de readaptación, como dicen los estudiosos de refuncionalización, para adaptarla al nuevo contexto», indicó.