México, 17 oct (EFE).- El etiquetado frontal de advertencia en alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas es una gran herramienta para reducir la obesidad y el sobrepeso pero «no es suficiente, pues debe ir de la mano de otras políticas públicas», dijeron este jueves especialistas en México.
«Tenemos que tener a disposición un etiquetado claro y sencillo, pero también se deben hacer políticas públicas masivas diferenciadas por entidades y de acuerdo a cada población», aseguró la nutrióloga Alicia Ramírez Huerta mientras se debate en el Senado un nuevo etiquetado frontal.
La presidenta de la Asociación Mexicana de Nutriología expresó además que las personas deben tener una mejor educación en nutrición pues no todo es culpa de los alimentos industrializados.
«Debemos tener un contexto global de toda nuestra dieta en conjunto y pensar en más cáscaras y menos envolturas», dijo refiriéndose a que se deben comer más frutas y verduras en lugar de alimentos ultraprocesados.
Recordó que el etiquetado no es solo para personas enfermas, sino también para personas sanas «pues ellas también deben tener esa información para evitar padecer enfermedades».
Explicó que la población debe hacer conciencia de lo que se lleva a la boca, ya que por ejemplo, una botella de 600 mililitros de refresco de cola contiene 60 gramos de azúcar, cuando la recomendación diaria no debe rebasar los 25 gramos.
Mientras que de sodio, la recomendación es de 2,3 gramos, mientras que en una persona con hipertensión no debe rebasar los 1,5 gramos. «Pero la gente no cambia su alimentación», comentó.
Recordó que en México, se estima que 7 de cada 10 personas padece sobrepeso u obesidad y por ello es importante que el consumidor conozca «y tenga consciencia de nutrición», manifestó.
La especialista dijo que, si bien la aprobación de un nuevo etiquetado más claro y frontal es necesario, también lo es que el Gobierno trabaje en la prevención, sobre todo en la infancia que es donde empiezan a generarse los hábitos alimenticios.
En ese sentido, Guadalupe Olivera, doctora en Ciencias de la Salud y especialista en nutrición nefrológica del Hospital General de México Doctor Eduardo Licéaga, dijo que el etiquetado «es necesario y urgente».
Explicó que en países como México muchas veces las personas comen lo que tienen a la mano, y no tienen opciones para acudir a un nutriólogo, «por ello es necesario que existan más nutriólogos en los sistemas de salud».
Señaló que, de aprobarse el etiquetado frontal de advertencia, el siguiente paso será promover una campaña de información para saber de qué trata este etiquetado.
Actualmente, según Jonathan Aguirre Valadez, miembro de la junta mexicana de gastroenterología, el mexicano se toma, en promedio, 13 segundos para tomar decisiones de compra, por lo que es importante que existan etiquetados sencillos que ayuden a mejorar estas decisiones.
Asimismo, los especialistas coincidieron en que se deben mejorar las políticas públicas para incentivar la actividad física ya que «no hay alimentación que supla el ejercicio» y tratar de acabar con los mitos de que las dietas son algo restrictivo.
Del mismo modo, señalaron que las políticas públicas deben dirigirse a los diferentes tipos de población «ya que no se come lo mismo en Ciudad de México que en Monterrey o Chiapas», dijo Alicia Ramírez.
El pasado 1 de octubre, la Cámara de Diputados aprobó una reforma a la Ley General de Salud para el etiquetado de alimentos y bebidas.
Tras la aprobación en comisiones del Senado, en estos días se trasladará el debate sobre el etiquetado en el pleno del Senado, y de aprobarse, ya será promulgada.
De acuerdo con especialistas, el etiquetado de advertencia ha mostrado de forma científica que es una de las medidas más efectivas para reducir los índices de sobrepeso y obesidad.