Culiacán (México), 17 oct (EFE).- Ráfagas de balas, armas de alto calibre, incendios de vehículos y columnas de humo que se divisan desde lejos inundan este jueves la ciudad de Culiacán, en el noroccidental estado mexicano de Sinaloa, tras el arresto de Ovidio Guzmán, uno de los hijos de Joaquín «El Chapo» Guzmán.
Desde las 15.30 hora local (20.30 GMT), varias zonas céntricas de esta ciudad de unos 800.000 habitantes son un campo de batalla luego de que una patrulla integrada de 30 elementos de la nueva Guardia Nacional -un cuerpo policial-militar creado recientemente por el Ejecutivo- y el Ejército entraron al fraccionamiento de Tres Ríos.
Desde una vivienda, este comando recibió disparos y repelió la agresión, hallando dentro de la vivienda a Ovidio Guzmán, hijo del Chapo, quien enfrenta cargos en Estados Unidos por tráfico de cocaína, metanfetamina y marihuana.
En represalia por esta acción, pronto se extendió la violencia por muchas calles del centro de la ciudad, en uno de los sucesos más violentos e indiscriminados de la historia reciente de México.
Su propósito era «generar pánico», dijo en un breve mensaje de vídeo el titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Alfonso Durazo.
Centenares de personas han buscado resguardo en viviendas y establecimientos. Otros, tal y como reflejan decenas de vídeos publicados en redes sociales, se han encontrado atrapados entre las balas.
Por el momento se desconoce si hay víctimas mortales, aunque se habla de que civiles habrían perdido la vida en este fuego cruzado.
En tanto, el caos se dispersaba por la ciudad, con los llamados narcobloqueos, la quema de automóviles y mobiliario urbano por parte del narcotráfico para bloquear las vías.
«Ya no respetan a nadie, y todos corremos riesgo, así como estamos. No tenemos seguridad de nada. Sí me tocó (el tiroteo). Nunca he estado en una guerra, pero se oían como si estuviera en una», dijo este jueves a Efe Jesús Elías Avitia.
Este mismo habitante de Culiacán lamentó los «daños materiales» y se mostró temeroso de lo que podía suceder en la ciudad.
Ante la falta de información oficial, apenas este breve mensaje oficial que deja además muchas dudas al respeto del actual paradero del hijo del Chapo, se han comenzado a propagar rumores, e incluso se habla de la detención de otro de los hijos, Iván Archivaldo.
Un comando armado entró en un penal de la ciudad logrando liberar a varios presos. Según información todavía no confirmada, se asesinó a varios funcionarios de prisiones.
Además, en muchas calles los delincuentes están aprovechando el caos todavía existente para robar vehículos y establecimientos.
Por el momento, tal y como constató Efe desde el lugar de los hechos, las balaceras continúan, pero en diferentes sectores de la ciudad se escuchan ya a lo lejos.
No obstante, parece poco probable que se pacifique por completo la ciudad en las próximas horas.
Es por ello que el Gabinete de Seguridad del Ejecutivo mexicano ha anunciado que este viernes atenderá la situación desde la propia ciudad con la finalidad de brindar mayor seguridad y combatir de primera mano este cruento pulso con el crimen organizado.