El pequeño Guillermo Díaz Salas llegó al templo de La Divina Providencia en punto de las doce del mediodía junto con sus papás, Guillermo Díaz y Luz María Salas; así como sus padrinos, Arturo y Elvia Salas, para recibir su primer Sacramento.
A lo largo de la misa los padrinos se mostraron muy atentos y se comprometieron con su ahijado a ser sus guías espirituales y llevarlo por el camino del bien.
Luego de que finalmente Guillermo recibiera las aguas del Jordán y fuera bautizado, salió del templo junto con sus familiares para seguir celebrando con una fiesta que sus papás organizaron en el salón La Huerta.