México, 22 oct (EFE).- Someterse a una mastectomía radical de seno tras el cáncer de mama fue devastador para la mexicana Verónica Velasco, quien comparte con Efe «no deseaba mirar hacia abajo» pues quería de vuelta su seno. «Aunque fuera de plástico», afirma.
Ni siquiera cuando le extirparon la matriz a causa de un cáncer de ovario Verónica se sintió tan terrible.
Y es que tanto pacientes como médicos coinciden en que una reconstrucción de seno es un tratamiento que va más allá del aspecto estético.
«No solo es la reconstrucción de las mamas, se trata de la reconstrucción de una vida», agrega Verónica quien fue diagnosticada con cáncer de mama en etapa avanzada en 2008.
Debido a las características del tumor no requirió de tratamiento de quimioterapia, solo debía someterse a la extirpación completa de su seno derecho y la mitad del izquierdo.
Asegura que la cirugía «fue terrible, devastadora», ya que le extirparon un seno completo y un pedazo del otro.
La cirugía le dejó una cicatriz de 25 centímetros de lado derecho donde quitaron más de 15 ganglios, lo cual recuerda, fue un golpe doblemente duro porque el día que recibió el diagnóstico de cáncer también murió su madre.
Relata que la recuperación fue sumamente dolorosa tanto a nivel físico como psicológico, pero tras dos años Verónica se convirtió en la primera mujer en ser reconstruida por la Fundación Alma, una organización que ayuda a las mujeres víctimas de cáncer de mama.
Fue un proceso de cuatro cirugías, pero valieron la pena ya que, confiesa, le enfermedad la había convertido en una mujer insegura, huraña, que evitaba el contacto con la gente.
Aunque durante el proceso para la reconstrucción Verónica recibió el diagnóstico de cáncer de tiroides, siguió con él porque para ella era necesario «para estar bien emocional y psicológicamente».
Subraya que su vida cambió y a pesar de no tener sensibilidad porque le retiraron el tejido nervioso, dice que se siente contenta con su cuerpo y le gusta la manera en la que se ve.
El doctor Alejandro Maciel Miranda, cirujano plástico especializado en reconstrucción mamaria después de cáncer, señala que este es «un procedimiento reconstructivo que trata una secuela que ha dejado un tratamiento por el cáncer de mama».
Agrega que los beneficios incluyen una mejor calidad de vida y al tener una reconstrucción las mujeres pueden reintegrarse de manera total a su vida cotidiana e interacción social.
Hay mujeres que no se reconstruyen el pecho porque no se ven afectadas.
Sin embargo, explica el especialista, hay otras a quienes les afecta mucho no tener los senos completos, «pueden sentirse mutiladas e incompletas y eso repercute en todos los aspectos de su vida».
Maciel Miranda apunta que lo mejor es realizar la reconstrucción durante la misma cirugía de mastectomía para evitar que la mujer pase por el duelo de perder el seno y no se sienta «incompleta».
El especialista enfatiza que la Norma Oficial Mexicana para la prevención, diagnóstico, tratamiento, control y vigilancia epidemiológica del cáncer de mama, incluye en el tratamiento integral para esta enfermedad la reconstrucción.
Dicha norma indica que las pacientes diagnosticadas deben ir a una consulta con el cirujano plástico para que les explique las opciones pero «esto no sucede, de entrada no se les ofrece esa información», advierte.
Tampoco, añade, existen los suficientes cirujanos plásticos donde se hacen las mastectomías, ni los recursos suficientes para el tratamiento integral de las pacientes y ofrecerles un implante.
En México, apenas el 5 % de las mujeres que son sometidas a una mastectomía son reconstruidas, mientras que en países desarrollados esta cifra alcanza hasta un 40 %.
«Estamos muy lejos de esos países y de los latinos como Argentina o Brasil. Sí tenemos un rezago importante», finaliza.
En México, diariamente mueren 10 mujeres al día a causa del cáncer de mama y 75 nuevos casos son diagnosticados.