México, 26 oct (EFE).- Corrida sin casi nada que reseñar en la Plaza México en la madrugada de este sábado de octubre, penúltima novillada del ciclo Soñadores de Gloria 2019.
José Saiz, Sebastián Ibelles y André Yusef Hernández Medina torearon a mucha distancia de sus contrincantes por lo que no hubo opción para nada relevante.
Se lidiaron reses de Caparica de pobre presentación y mansos, salvo los lidiados en tercer y sexto lugar. Unas mil personas acudieron a la plaza en una noche de lluvia constante en la Ciudad de México.
Muy pobre resultado el de la penúltima corrida del serial llamado a ser escaparate de jóvenes promesas del toreo mundial.
Peor es el balance del encierro si tomamos en cuenta que se trataba de la penúltima corrida, en la que debían estar algunos de los triunfadores de lo que va de Soñadores de Gloria 2019.
La estadística colocó a Ibelles y Yusef en esta «penúltima», que no su toreo de pocas cualidades. La tercera y segunda presentación respectivamente de los de luces transcurrió por los mismos derroteros de las anteriores.
Ibelles tuvo enfrente los peores novillos de la tarde, sin que esto pueda servir de excusa para su falta de entrega y de ambición.
Al primero, manso pero de embestida bondadosa, lo toreó muy despegado, con pases hondos pero sin ligar unos con otros, siempre recuperando mucho terreno para ejecutar el siguiente. Ya al final de su faena de muleta logró ejecutar dos pases sin mover la zapatilla seguidos.
El cuarto de la tarde era un manso. Desde el encuentro con el capote evidenció que se quedaba a media embestida. El peligro del novillo era una oportunidad de oro para que Ibelles demostrase su disposición en salir triunfador del ciclo.
El tipo de toro que un solo pase largo, suelto, de los que el novillero realiza constantemente con reses bondadosas, se logra la entrega del público. Pero para eso hay que cruzarse con el animal, lo que Sebatian Ibelles no hizo en ninguna de sus tres comparecencias.
La falta de mando asilvestró más al manso que acabó por prender sin consecuencias al novillero.
Ibelles ni tomó la muleta con la mano izquierda, otro de los déficits evidentes del joven de luces.
Con este complejo manso, el subalterno Juan Ramón Saldaña realizó lo mejor de la noche, una brega que metió al novillo en la lidia y dos pares de banderillas de valor por la dificultad del animal.
Los peores augurios sobre la vuelta de André Yusef Hernandez se cumplieron. El joven que logró entrar en los carteles del serial de novilladas 2019 de la monumental de Ciudad de México tras perturbar la labor de un compañero saltando al ruedo como espontáneo, no logró finalizar un pase completo y con sentido en toda la corrida.
Tuvo suerte Yusef, pues le tocaron los únicos novillos encastados de la tarde. Sobre todo el que saltó al ruedo en tercer lugar.
Tras mandarlo castigar duramente al caballo, lo hizo correr en el tercio de banderillas, que el mismo novillero ejerció, desaprovechando su casta.
Con la muleta toreó en paralelo y el animal salía siempre suelto.
Igual sucedió con el sexto de la tarde que llegó a golpearle con peligro por la falta de sitio y la heterodoxia con la que pretende tapar las lagunas de su toreo.
José Saiz se acomodó con el frío ambiente toreando a una distancia sideral de sus rivales y provocando la indiferencia de los asistentes.
Acabó la noche con la esperanza de que el festejo de cierre el viernes próximo sea un broche de más enjundia que este penúltimo en el que animales facilitos y novilleros sin sitio evidenciaron más carencias que sueños.