Venecia (Italia), 2 sep (EFE).- El actor estadounidense Tim Robbins, conocido por su compromiso político y su implicación en causas sociales, ha presentado hoy, martes, fuera de concurso en la Mostra un documental sobre los talleres de educación emocional que realiza en cárceles de EE.UU. con su compañía teatral, The Actor’s Gang.
«Es muy frustrante tratar de cambiar el sistema a nivel macro, pero la revelación de nuestro trabajo en prisión es que es posible cambiar realmente las cosas a pequeña escala, es algo inspirador, que da esperanza y energía, porque ves la transformación», ha dicho en Venecia.
El documental se llama «45 seconds of laughter» (45 segundos de risa), en alusión al ejercicio con el que finalizan los talleres. Fue rodado durante doce días a lo largo de un periodo de ocho meses en la prisión estatal de Calipatria, California.
Utilizando los personajes de la Comedia del Arte, los presos aprenden a descubrir y expresar sus emociones, más allá de la ira, que en principio es la única permitida en la cárcel, según ha explicado Robbins, ganador de un Oscar por su interpretación en «Mystic River».
«En la cárcel predomina la ira, es una máscara para sobrevivir. Al utilizar las máscaras de la Comedia del Arte los presos se dan cuenta de que la llevaban ya puesta», ha dicho.
En la ficción, Robbins se introdujo en el mundo carcelario en la aplaudida «Cadena perpetua» (1994) y lo hizo de nuevo, esta vez como director, en «Pena de muerte» (1996), por la que obtuvo una nominación al Oscar.
Sin embargo, hoy ha asegurado que su interés por ese mundo viene de mucho antes. «Crecí en una zona de Nueva York conflictiva y algunos de mis amigos fueron a la cárcel, por lo que nunca me he sentido muy lejos de ese ambiente y eso me permitió entrar en este proyecto sin juicios».
Robbins denuncia la brutalidad del sistema penitenciario estadounidense, alejado de la idea de rehabilitación así como el hecho de que a menudo el cine y la televisión retraten a los presos como seres brutos y amorales, lo que no coincide con su visión.
Con su compañía teatral ya realizaban estos talleres con niños en escuelas, y hace trece años decidieron llevarlos a las cárceles, como programas de rehabilitación, no sin vencer grandes resistencias administrativas por lo que parecía una idea descabellada.
La compañía The Actor’s Gang fue fundada en 1982. «Llevamos 37 años juntos, éramos una banda de punk rockers que creíamos en otro tipo de teatro», ha recordado Robbins. Y siguen en activo. «El teatro es uno de los últimos sitios del mundo donde puedes pedir a la gente que apague el móvil y lo hacen».