Los Ángeles, 5 sep (EFEUSA).- Una docena de peregrinos de la comunidad católica del sur de California inició este jueves una marcha de tres días para hacer un llamado en favor de familias inmigrantes detenidas o que enfrentan la deportación, un temor aumentado por las duras políticas del Gobierno.
«La fe es lo único que ninguna ley o presidente nos puede quitar; entonces, es momento de unirnos y demostrar que somos fuertes y pedir que se nos trate como seres humanos», dijo a Efe el participante Emiliano Leonides.
Convencido de que sus oraciones y la caminata de tres días bajo las altas temperaturas que azotan el sur de California servirán a la causa de inmigrantes como él, Leonides dejó su trabajo por estos días para cumplir con la marcha.
La convocatoria corrió a cargo de la Iglesia de Santiago de Compostela en la ciudad de Lake Forrest, 60 millas (96 kilómetros) al sureste de Los Ángeles.
«Ya casi nadie hace estos esfuerzos, pero si todos nos rendimos entonces los que fallamos fuimos nosotros, no los que nos persiguieron», insiste el inmigrante mexicano que llegó en 2002 a Estados Unidos.
La peregrinación, que lleva como lema «Siempre Adelante» y se abrió paso esta madrugada, recorrerá más de 60 millas con paradas y culminará en una gran misa en la Catedral de Los Ángeles, el próximo sábado.
La marcha forma parte del esfuerzo de la Arquidiócesis de Los Ángeles y las diócesis de los condados de San Bernardino, Orange, San Diego y Fresno, que se unieron en oración para celebrar el espíritu inmigrante de los EE. UU. y reconocer asimismo el aporte de esta comunidad, en una antesala a la celebración de la «herencia hispana».
En un comunicado enviado a Efe, el Arzobispo José H. Gómez dijo que como en años anteriores la iglesia católica del sur de California se une en estas fechas para celebrar a las comunidades inmigrantes, y «para agradecer los dones y talentos que los extranjeros continúan trayendo al país».
Los actos comenzaron el pasado 29 de agosto, con una novena simultánea realizada por las parroquias de la Arquidiócesis de Ventura, Santa Bárbara y Los Ángeles en la que se está orando a favor de los refugiados y víctimas de trata de personas.
Para la peregrina Rosario Espinoza, una oración es a veces la única herramienta que un inmigrante detenido puede tener para afrontar su situación.
«Es fácil derrumbarse, entonces tienes que buscar en tu fe la fuerza para mantenerte en pie», exhorta la mujer mientras canta en español con un rosario en la mano, frente a las oficinas del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) en Santa Ana, California.
Por su parte, el Arzobispo Gómez recalca que «a la luz de las tensiones que enfrenta el país y del tiroteo masivo en El Paso, Texas, que a principios de agosto dejó 22 muertos, en su mayoría hispanos, este año las oraciones se concentrarán en la gracia de ayudar a la sociedad a ver que todos son hijos de Dios.
«(Estamos) destinados a vivir juntos como hermanos y hermanas, sin importar el color de nuestra piel, el idioma que hablamos o el lugar donde nacimos», reiteró el prelado.
A la gran misa del sábado acudirá Daniela Luna Pérez, de 20 años, quien ingresó al país como menor no acompañada.
La joven ofrecerá su testimonio de cómo logró reunirse con su madre después de años de estar separadas, además de cómo pudo superar, junto a su hermano menor, los obstáculos impuestos por las autoridades de Inmigración.
«Estoy muy emocionada de poder participar y poder compartir mi experiencia, que podría servir de ejemplo a otros jóvenes», adelantó Luna en un comunicado.
El Arzobispo Gómez resaltó que el sábado se exhibirán las reliquias de San Junípero Serra, el primer santo latino inmigrante de Estados Unidos, de Santa Francisca Javier Cabrini, patrona de los inmigrantes, y de Santo Toribio Romo, encargado de proteger a los migrantes que cruzan fronteras.
«Creo en el legado de San Junípero Serra, que dijo «siempre adelante», por eso no me voy a detener en esta lucha. Espero que mis hermanos en la fe tampoco lo hagan», alentó finalmente el peregrino Leonides.