Dessau (Alemania), 7 sep (EFE).- La localidad alemana de Dessau, en el este de Alemania, cuenta con un nuevo museo de la Bauhaus albergado en un edificio a la vez inspirado por esta escuela, pero con sello propio del estudio barcelonés Addenda architects.
En una entrevista con Efe el día antes de la inauguración oficial del museo el 8 de septiembre, el arquitecto Roberto González subraya que desde el principio buscaron intencionadamente «mantener una distancia, un respeto, con la Bauhaus».
«No queríamos competir con los edificios representativos que ya tienen en Dessau», dice, y señala que para ellos la escuela de Walter Gropius -el fundador en 1919 de este movimiento que revolucionó el arte, el diseño y la arquitectura-, y las casas de los maestros, «siguen siendo los más importantes que tiene la Bauhaus».
El edificio concebido por Addenda architects -González, José Zabala, Anne Hinz, Cecilia Rodríguez y Arnau Sastre, con la colaboración desde el primer momento de las paisajistas Roser Vives y Patricia Pérez,-debía tener aún así una relación con la Bauhaus.
Se trata pues de un edificio con «geometrías sencillas, claras, contundentes, y espacios muy diáfanos, muy flexibles», con el fin de que la gente pueda involucrarse de una manera activa y creativa, ubicado en el parque municipal y en el centro de la ciudad, y por eso, «parte del espacio público».
Así, la influencia de la Bauhaus se ve principalmente en la flexibilidad de los espacios, su relación con el exterior, «que es muy similar a lo que ya se hacía en la arquitectura moderna de principios del siglo pasado», explica, además de incluir «materiales muy normales, como de fábrica, de industria» con hormigón y fachada de vidrio.
«Es una interpretación, tiene otro carácter, otro nivel de detalle, pero al fin y al cabo mana del edificio de Gropius de Dessau», precisa.
El estudio barcelonés convenció por su concepto museístico con una viga colgante de acero y una funda acristalada que cubre una «black box» cerrada en el primer piso que presentará los objetos de la colección Bauhaus de Dessau y una planta baja transparente -el vestíbulo del museo- que servirá de escenario abierto para exposiciones temporales y actividades.
González recuerda que la principal atracción de Dessau ha sido y es todavía la Bauhaus, con una enorme capacidad de concentrar a un gran público con sus actividades y festivales.
Al mismo tiempo, el edificio necesitaba un espacio expositivo cerrado en el que puedan mostrare los objetos delicados, sin estar expuestos a la luz, por lo tanto un lugar sin ventanas, en este caso, una «caja cerrada» situada a cinco metros de altura.
Al mismo tiempo, la fachada de vidrio permite tener siempre «relación con el exterior, con el parque, con la ciudad», explica.
Además, el edificio reacciona con el clima y su entorno, cuya transparencia y reflejo va cambiando con el transcurso del día y la estación del año, indica.
Uno de los principales retos en este proyecto, de los «más grandes e inmediatos», fue el idioma, así como la cultura y los procesos de construcción en Alemania, «tan regularizados, con tanta normativa» y «entrar en ese mundo» no fue fácil, a lo que se sumaba además que «había poco dinero y poco tiempo», por lo que se apoyaron en un despacho local, BAL, una ingeniería de Berlín.
El otro gran reto que había que superar, añade, era cómo intentar hacer soluciones especiales en un país donde la industrialización y la estandarización es tan elevada», por lo que «salir de los estándares» supuso mucho esfuerzo.
«Tenemos puertas cinco metros de alto que son con cortafuegos, tenemos paredes que llegan hasta el techo pero no se fijan en él, porque la construcción de la caja negra es como un puente y se mueve. Todo un reto», precisa.
Para addenda architects, que entre 831 propuestas presentadas ganara la suya supuso en primer lugar y de forma inmediata fundar un despacho con arquitectos procedentes originalmente de dos estudios, lo que les permitió, además, optar a otros proyectos, seguir adelante y darse a conocer no sólo en España, sino también en Alemania.
Tener que superar «este reto económico y de tiempo» que ha supuesto este proyecto, también les ha dado «muy buena prensa», agrega.
«La gente está muy mal acostumbrada a que todo se retrase, cueste muchísimo más dinero, y nosotros hemos conseguido mantenernos bastante dentro de lo normal o lógico y a tiempo para la inauguración», se congratula.
La colección de la Bauhaus en Dessau se remonta a 1976, con la compra de los primeros objetos coincidiendo con la reconstrucción del edificio de la Bauhaus de Gropius en tiempos de la República Democrática Alemana (RDA), en 1990 había crecido ya a 9.000, y hoy asciende ya a 49.000.
Por Elena Garuz