Aguascalientes.- Niños, adolescentes y jóvenes, adictos a los videojuegos, destinan más de siete horas a las diversas tecnologías de entretenimiento.
El tiempo que le destinan a los videojuegos desarrolla la adicción, y aunque es más común en niños y jóvenes, algunos adultos también sufren esta dependencia; además en México ya se presentan casos como en Japón y Corea, donde los adictos pueden encerrarse un mes para jugar, sin otra actividad que comer e ir al baño.
Se considera adicción si por jugar se dejan de lado actividades cotidianas, surgen conflictos interpersonales o en el trabajo, se dejan de cumplir algunos objetivos trazados o se presentan conductas irritables cuando no se juega.
Los videojuegos en línea no son malos, su riesgo radica en el tiempo que se dedica a ellos. Los usuarios invierten más de siete horas al día, hasta el punto de volverse adictos, dejando de lado actividades cotidianas, afirmó Jaime Eduardo Calixto, de la Facultad de Psicología de la UNAM.
Sin embargo los videojuegos no son malos per se, su riesgo radica en el tiempo que se dedica a ellos. El universitario alertó que un detonante para esa actividad es la poca retroalimentación de los padres con sus hijos para limitarlos, como ocurre con cualquier dependencia, la edad en que se inicia este proceso es entre los ocho y 15 años, período en que el cerebro no tiene las conexiones neuronales específicas para decir ‘No’; en consecuencia, el adicto se entrega totalmente a hacer o terminar el juego que está pendiente.
La edad es un punto importante, porque la región donde se construye el freno social, la corteza prefrontal, no está conectada durante la niñez y adolescencia; hay inmadurez cerebral. Jugar genera satisfactores y no tener un freno biológico y psicológico contribuye a no parar o posponer ese pasatiempo.
Cada logro genera placer y empuja a buscar más metas, con mayor intensidad, lo que se refleja en el tiempo y frecuencia que se dedica a esta actividad, sostuvo el también académico de la Facultad de Medicina.