Naciones Unidas, 18 sep (EFEUSA).- Las grandes crisis a las que se enfrenta el mundo, empezando por la climática, requieren de un «cambio de trayectoria» a escala global, defiende la presidenta saliente de la Asamblea General de la ONU, María Fernanda Espinosa, en una entrevista con Efe.
A unos días de que los líderes internacionales comiencen a desembarcar en Nueva York para participar en los debates anuales de la Asamblea, Espinosa subraya que es momento de dejar la retórica a un lado y de apostar por medidas concretas.
«Sabemos lo que tenemos que hacer como sociedades. Tenemos que tener el liderazgo, la visión, el compromiso y la responsabilidad de hacerlo», señala la diplomática ecuatoriana.
Espinosa, que se ha encargado de liderar los preparativos de las reuniones que la próxima semana mantendrán los jefes de Estado y de Gobierno, recalca que el mundo no puede caer en el pesimismo, sino que debe «movilizar esfuerzos» cuanto antes.
«No podemos simplemente cruzarnos de brazos y decir que ‘el mundo va a ir a un colapso, vamos a desaparecer, esto es terrible'», opina la exministra de Exteriores de Ecuador.
Ella, que se declara «moderadamente optimista», insiste en que todo pasa por «cambiar de trayectoria, cambiar de camino».
Ese giro, apunta, debe abarcar multitud de ámbitos interconectados, empezando por las políticas para contrarrestar el cambio climático, que centrarán el próximo lunes una gran cumbre impulsada por el jefe de la ONU, António Guterres.
«Es una crisis y una emergencia», subraya Espinosa sobre el clima, poniendo como ejemplo la devastación causada recientemente por desastres como el huracán Dorian en Bahamas.
A su juicio, la respuesta no debe llegar únicamente desde los gobiernos, sino desde «toda la sociedad», a lo que va a ayudar el «despertar» protagonizado por los jóvenes.
Espinosa subraya además que el problema del clima no llega solo, pues está estrechamente ligado con otras crisis actuales como la pérdida de biodiversidad o el aumento de la desigualdad, asuntos todos que la ONU busca resolver con la llamada Agenda 2030, las metas de desarrollo que reemplazaron a los Objetivos del Milenio.
«Todo el paquete de la Agenda 2030 tiene que verse como un gran paraguas y tiene que desencadenar acciones concretas en un cambio de trayectoria», insiste.
En ese sentido, señala que las reuniones de la próxima semana en Nueva York -que incluyen citas sobre el clima, la sanidad o el desarrollo- deben verse «como un gran paquete de compromisos por la agenda del futuro del multilateralismo».
Un multilateralismo que, a su juicio, debe ser capaz de «adaptarse al disenso», según explica al ser preguntada por los obstáculos que algunos líderes ponen en ese camino, por ejemplo la decisión de Donald Trump de sacar a Estados Unidos del Acuerdo de París sobre el clima.
«Hay países, hay líderes, hay sociedades que dicen: ‘Bueno, no estamos de acuerdo en un tema o en otro’, pero están de acuerdo en otros temas… Yo creo en buscar el común denominador, los intereses comunes y, en ciertos temas, donde no hay unanimidad, expresar un consenso de las amplias mayorías».
Tras un año al frente de la Asamblea General, la diplomática se declara «muy satisfecha» por la aplicación de las grandes prioridades que se había fijado para su mandato, destacando el esfuerzo que se ha hecho por acercar la ONU a la gente y por explicar el trabajo de la organización.
También ve como un gran logro su campaña para acabar con los plásticos de un solo uso, que ha aumentado la concienciación sobre el problema que plantean para los océanos y que ha cristalizado con un resultado muy concreto: su eliminación de las sedes de Naciones Unidas.
Tras la Asamblea General, Espinosa parece decidida a seguir trabajando por objetivos similares, pero prefiere no dar muchas pistas sobre su futuro.
«Yo creo que cualquier cosa que haga será para fortalecer el sistema multilateral, para contribuir al trabajo que hace Naciones Unidas», explica, apuntando que esa labor no tiene que hacerse necesariamente «desde dentro».
Preguntada si ese trabajo lo podría hacer desde la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos (OEA), un puesto para que la ha propuesto públicamente Antigua y Barbuda, Espinosa dice que es algo que no ha considerado por ahora.
«Me parece que es muy temprano para pensar en eso», señala.