Los Ángeles (EE.UU.), 22 sep (EFE).- Las estrellas de «Game of Thrones» se dieron hoy un paseo triunfal en los Emmy como despedida tras sus ocho exitosas temporadas y protagonizaron la antesala de la gran ceremonia de la televisión sobre una alfombra que, en lugar del habitual color rojo, tenía este año un curioso tono morado.
El Teatro Microsoft de Los Ángeles (EE.UU.) dio la bienvenida hoy a las figuras más importantes de la pequeña pantalla, en una gala para la que «Game of Thronres», con 32 nominaciones, partía como principal favorita.
Una de las actrices de la superproducción de HBO que llamó más la atención hoy fue Gwendoline Christie (Brienne de Tarth en la ficción), que acudió a la gala con un curioso conjunto blanco y rojo de aire medieval, muy en la línea de «Game of Thrones», y que estaba rematado con detalles dorados y un gran broche en la cintura.
Otra actriz que brilló con luz propia fue Emilia Clarke (Daenerys Targaryen), que deslumbró a los fotógrafos con un vestido azul marino muy escotado y recogido con un lazo en el vientre.
Un lazo similar, pero para coronar un vestido largo de tema floral, fue también parte de la apuesta de Lena Headey, la astuta y malvada Cersei Lannister de «Game of Thrones».
Y también causaron sensación Sophie Turner (Sansa Stark) y Maisie Williams (Arya Stark), hermanas en la serie y amigas íntimas en la vida real pero que hoy serán «enemigas», ya que se enfrentarán por el Emmy a la mejor actriz de reparto de un drama (en este apartado también están nominadas sus compañeras Headey y Christie).
Además, los fans de «Game of Thrones» recibieron como una gran noticia la reaparición en público de Kit Harington (Jon Snow), quien tras terminar la serie había ingresado en una clínica de rehabilitación para recuperarse de problemas de estrés y adicciones.
El adiós de «Game of Thrones» no fue la única despedida notable en estos Emmy puesto que Julia Louis-Dreyfus, la aclamadísima protagonista de «Veep», también sobresalió con un vistoso vestido dorado para decir adiós a esta sátira política.
La alfombra morada pareció inspirar a las estrellas de la televisión a apostar por modelos muy coloridos como Mandy Moore («This is Us»), que lució tonos rosados y rojos; Rachel Brosnahan, que presumió de un espectacular azul metálico; o Zendaya («Euphoria»), que apareció a última hora con un vestido verde.
Incluso los hombres se animaron a dejar de lado el clásico color negro y se vieron hoy trajes grises (Milo Ventimiglia de «This is Us»), burdeos (Sterling K. Brown de «This is Us») y hasta de terciopelo rosado y naranja (James Van Der Beek de «Pose»).
Los latinos también se dejaron notar en la previa de los Emmy y por la alfombra desfilaron Lin-Manuel Miranda, Benicio del Toro, Dascha Polanco o John Leguizamo, entre otros.
Y hubo, asimismo, espacio para el humor entre los nervios de los nominados: Michael Douglas, candidato al Emmy a mejor actor cómico por «The Kominsky Method», recibió una tarta en la alfombra ya que el miércoles cumplirá 75 años.
La alfombra también fue un espacio para la reivindicación hacia una mayor representación de la diversidad en televisión, tal y como explicó a Efe la actriz trans Dominique Jackson de «Pose».
«Hace diez años, esto no habría pasado», aseguró la intérprete en relación a las nominaciones de «Pose», una serie en la que casi todo su elenco está compuesto por miembros de la comunidad LGBTQIA+.
«Estamos ahí fuera, hay más visibilidad (…), pero debemos mejorar. Tenemos que tener personas de la comunidad LGBTQIA+ contando sus historias, tenemos que abrazar estas historias (…). ¿Cómo puedes mostrar un barrio o una comunidad en la que no hay personas LGBTQIA+ viviendo ahí? Somos parte de todo», argumentó.
Finalmente, Patrick Fabian y Michael Mando, dos de los actores de «Better Call Saul», comentaron a Efe que sería bueno que en los Emmy también se escuchara el español como ya ha sucedido en los últimos años en los Óscar.
David Villafranca