México, 27 sep (EFE).- Cientos de migrantes, entre ellos africanos, anunciaron una próxima marcha hacia la capital mexicana para reclamar sus derechos, ya que están desde hace al menos dos meses esperando sus trámites en la ciudad de Tapachula, en la frontera sur del país.
En un mensaje a medios de comunicación, el activista y abogado Luis García Villagrán, quien da apoyo jurídico a los migrantes en este municipio del suroriental estado de Chiapas, anunció la manifestación sin precisar una fecha.
«Hemos decidido en un consenso general salir de Tapachula en marcha, en un éxodo, para que llamemos la atención de la opinión pública», manifestó Villagrán.
Desde hace aproximadamente un mes y medio, centenares de migrantes africanos han realizado protestas en Tapachula para exigir a las autoridades mexicanas que agilicen sus trámites migratorios y les permitan transitar por el territorio nacional hasta llegar a la frontera con Estados Unidos.
Las protestas, en su mayoría pacíficas, recobraron fuerza a mediados de septiembre, cuando los migrantes se enfrentaron con agentes de la recién creada Guardia Nacional y de la Policía Federal en el acceso principal de la estación migratoria Siglo XXI de la ciudad de Tapachula.
Esta nueva marcha, según Villagrán, se realizará debido a que el Instituto Nacional de Migración (INM) «ha decidido no respetar la ley y torturar a los migrantes, principalmente los africanos».
Ante esta situación, señaló que con esta marcha espera captar la atención del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, para que «respete» la ley de migración.
«Aquí no se respeta la ley de migración y por lo tanto vamos a caminar hacia la Ciudad de México de manera que nos escuche el presidente y tome cartas en el asunto», concluyó Villagrán.
Desde principios de año más de 3.500 migrantes africanos se han registrado ante el INM y desde agosto instalaron tiendas de campaña en el exterior de la estación Siglo XXI, y han protagonizado protestas en Tapachula.
La migración aumentó en México desde octubre de 2018, cuando caravanas con miles de migrantes, en su mayoría centroamericanos, comenzaron a atravesar el país para llegar a Estados Unidos.
A inicios de junio, Estados Unidos y México llegaron a un acuerdo migratorio para evitar que Washington, por instrucciones del presidente Donald Trump, impusiera aranceles a las importaciones mexicanas.
A raíz de ello, el Gobierno mexicano envió a las fronteras norte y sur a la Guardia Nacional -un nuevo cuerpo de seguridad impulsado por el Ejecutivo- y se contrató a más personal migratorio, lo que redujo de manera sustancial el número de migrantes que llega a la frontera de México con Estados Unidos.