México, 3 sep (EFE).- La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) condenó este martes los hechos violentos provocados en sus instalaciones, en específico en la Torre de Rectoría, por un grupo de personas encapuchadas, acto que calificó como una «burda provocación».
«Esta casa de estudios condena la violencia ejercida por estos grupos vandálicos que buscan generar la falsa idea de un inexistente ambiente de desestabilización, lo que no corresponde a la realidad de esta casa de estudios», afirmó la institución mediante un comunicado.
En la nota, la UNAM señaló que «los hechos obedecen a una burda provocación montada en contra de la Universidad Nacional y al mismo tiempo pretenden desvirtuar el legítimo derecho de la manifestación pacífica».
La institución anunció que ya levantó actas contra quienes resulten responsables.
Este día cientos de estudiantes de la Universidad Autónoma de México se manifestaron en el campus principal de Ciudad Universidad, sur de la ciudad, contra la violencia en la institución pero la protestara derivó en actos violentos debido a la presencia de grupos ajenos a la Universidad.
La marcha, que partió del Jardín La Bombilla, en la avenida Insurgentes Sur, con ruta hacia la Rectoría, tenía como objetivo recordar el ataque que sufrieron, hace un año, estudiantes del CCH Azcoptzalco que protestaron para demandar mayor seguridad en su plantel y los alrededores.
Aunque la protesta fue pacífica sobre la presencia en la Universidad de grupos violentos, llamados «porros», eso no evitó que medio centenar de personas encapuchadas realizaron pintas y vandalizaron instalaciones.
Tras los hechos violentos las autoridades de Protección Civil de la UNAM llamaron a los jóvenes a manifestarse en calma, al tiempo que los estudiantes continuaron con el paro de 24 horas que convocaron para recordar la violencia estudiantil que se vive en la Universidad.
El 3 de septiembre de 2018 un grupo de alumnos fueron agredidos por un grupo de choque (porros) con palos, piedras y armas punzocortantes dejando un saldo de 14 heridos, 10 vinculados a proceso y 22 universitarios expulsados de la institución.
En aquella ocasión al grito de «no hay maestros, no hay salones, pero sí hay corrupción», los jóvenes estudiantes exigían a la autoridad universitaria mayor seguridad en las instalaciones así como la eliminación del presunto pago de cuotas.
Luego de las agresiones los universitarios llamaron a un paro de 48 horas en apoyo a los compañeros agredidos y como acto solidario al menos 39 planteles y facultades se unieron a la suspensión de labores.
Algunas de las demandas que se hicieron en el paro fueron la renuncia del rector de la UNAM, Enrique Graue; conocer y sancionar a los responsables de las agresiones registradas, así como justificación y transparencia de labores administrativas y presupuesto asignado al CCH Azcapotzalco.