Chicago.- Clarisa Figueroa y su hija Desiree Figueroa fueron formalmente acusadas este martes en un tribunal de Chicago (Illinois, EE.UU.) por la muerte del bebé Yovanny Jadiel López, quien fue arrancado del vientre de su madre asesinada Marlen Ochoa.
Durante una audiencia celebrada este martes, el juez Leroy Martin Jr. anunció los cargos formales contra Clarisa Figueroa, de 46 años, y su hija Desiree de 24, quienes ya enfrentan cargos por estrangular y matar a la joven embarazada de 19 años Marlén Ochoa en abril pasado para arrancarle del vientre a su criatura.
La muerte del bebé, ocurrida el pasado 14 de junio y tras permanecer semanas en cuidados intensivos, fue determinada como homicidio por el médico forense.
Además del cargo de homicidio por la muerte de Ochoa, las mujeres, que permanecen detenidas sin derecho a fianza, afrontan cargos por secuestro, desmembramiento de un cuerpo y ocultación de un homicidio.
Las dos mujeres fueron arrestadas en mayo, cuando la Policía comprobó que habían asesinado a Ochoa para robarle el bebé que Clarisa pretendió pasar como propio.
Madre e hija atrajeron a la víctima a una casa en el suroeste de la ciudad con la promesa de donarle ropas y un carrito de bebé, entre otros artículos.
Según la Fiscalía, Clarisa había anunciado en octubre que estaba embarazada y en los meses siguientes orquestó con su hija un plan para asesinar a una mujer embarazada para robarle el bebé.
El cuerpo de Ochoa fue arrojado a un contenedor de basura, donde fue encontrado el 14 de mayo.
El personal del hospital dijo que Clarisa no presentaba señales de haber dado a luz, pero pasaron dos semanas antes que se descubriera el engaño gracias a pruebas de ADN.
A una tercera persona, Piotr Bobak, novio de Clarisa Figueroa, se le acusó de ocultar un homicidio.
Jovany López, padre del bebe y esposo de Marlen, pidió este martes justicia para los tres implicados.
"No entiendo por qué Piotr Bobak tampoco está acusado de la muerte de mi pequeño e inocente hijo. Tenía fotos con mi hijo en sus brazos alegando que era su hijo. Sabía que no era su hijo, especialmente porque ayudó a ocultar el asesinato de mi esposa," dijo.
Julie Contreras, vocera de la familia y activista de la organización LULAC, dijo que la familia espera se aplique plena justicia en el caso.