México, 7 ago (EFE).- BBVA México, el mayor grupo financiero del país, sugirió este miércoles al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador suavizar sus restrictivas metas fiscales para impulsar el crecimiento ante la desaceleración que afronta la economía mexicana.
«Hoy tenemos una política que, si bien es deseable, nos parece que es más restrictiva de lo que debería de ser», señaló el economista jefe de la entidad, Carlos Serrano, en la presentación del informe «Situación de México» correspondiente al tercer trimestre de 2019.
Serrano dijo que no es afortunado «tener un superávit fiscal primario -antes del pago de deuda- del 1 % cuando la economía no crece» y emplazó al Gobierno a aumentar su gastos para fomentar el crecimiento.
Para el BBVA México es positivo el compromiso asumido por López Obrador de mantener unas finanzas estables pero lo invitó a aplicar «políticas contracíclicas» en función de la situación económica.
«Los mercados podrían recibir superávits menores, siempre y cuando vinieran acompañado de reglas fiscales creíbles en las que el Gobierno tenga compromisos claros para tener una mayor expansión del gasto cuando la economía no crezca y para ser más restrictiva cuando la economía tenga crecimiento», explicó el analista.
Serrano destacó la necesidad de crear un consejo fiscal independiente que determine cuál es el crecimiento potencial de la economía, lo que permitiría al Gobierno adoptar medidas fiscales expansionistas o restrictivas en función de ello.
La economía mexicana esquivó la recesión gracias a un escueto crecimiento del 0,1 % en el segundo trimestre del año en comparación con el primero, aunque el Gobierno admitió que el país atraviesa una desaceleración económica.
BBVA pronosticó que el crecimiento de México en 2019 será del 0,7 %, lejos del 2 % pronosticado por López Obrador, mientras que para 2020 será del 1,8 %.
El informe de la entidad bancaria señaló que el bajo crecimiento del país se debe a una menor inversión privada debido a las incertidumbres de la economía mexicana y global.
También por la reducción en la demanda externa de manufacturas mexicanas y en la implementación de políticas fiscales restrictivas por parte del Gobierno, que ha aplicado un severo plan de austeridad en el gasto público.
Serrano explicó que la inversión pública viene cayendo desde 2012, hasta situarse por debajo del 3 % del PIB, mientras que la inversión privada permanece estancada desde el 2016.
También reprochó que la decisión del Gobierno de revisar contratos firmados con empresas extranjeras genera una «incertidumbre» que ahuyenta la inversión.
Y todo en un «contexto externo bastante complicado» por las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, y por las dificultades en la ratificación del renovado tratado comercial de América del Norte (T-MEC).