A Coruña (España), 8 ago (EFE).- El autor mexicano Tony Sandoval, creador de un universo mitológico caracterizado por la fantasía de terror y aventura, habló en una entrevista con Efe de otra historia, que expone en Viñetas desde o Atlántico, «Cita en Phoenix» (Dibbuks), un relato autobiográfico en el que se embarcó para cruzar de forma ilegal la frontera estadounidense.
En su documental a viñetas trazó 19 años después su visión de aquel viaje que realizó por necesidad en 1998 y confiesa que no supo como plasmar en el papel uno de los más grandes sentimientos que lo acompañó en su aventura: «La angustia de no saber lo que iba a pasar».
Esa sensación, relata, era peor que «correr en el desierto» o pensar que le iban a disparar o a meter en la cárcel, pero admite que le «faltó tiempo para dibujarlo».
Una de las escenas más poderosas del libro, detalla el autor, refleja «la falta de comunicación» que él tenía con su novia que lo estaba esperando al otro lado sin noticias.
Sus anteriores obras, como «El cadáver y el sofá» o «Epidemia melancólica» nada tienen que ver con esta en la que destaca la temática social del «fenómeno de la emigración» y la fuerte visión personal de una situación real.
Tony Sandoval, que siempre desarrolló más su faceta de dibujante, confiesa que nunca se consideró «escritor», pues no sabía que podía escribir ni «estructurar una historia», pero cuando adquirió «cierta madurez como narrador» decidió contar ese relato que tenía guardado y hasta el momento no se había planteado publicar.
Pese a que «Cita en Phoenix» se aleja de su género, «le fue bien en ventas y en recepción del público», pues detalla que lo leyó su audiencia habitual y también la gente a la que «le llama la atención» la emigración, por lo que ha servido para ampliar su rango de lectores.
Aunque ha continuado con sus temas habituales no descarta volver a centrarse en temas sociales, por lo que desvela que quiere explorar nuevas alternativas y le encantaría abordar el tema de «la naturaleza y la contaminación».
Para él, la cultura y los libros pueden ayudar a reflejar muchos temas que, aunque «sabemos que existen, no sabemos cómo existen» y las creaciones artísticas hacen «que te vuelvas un poco más curioso y que investigues más».
Por eso él sigue informándose sobre las migraciones de su país, pues manifiesta que el paso a Estados Unidos ha cambiado muchísimo, ya que ahora la frontera está mucho más «vigilada» y es prácticamente «imposible» conseguirlo.
«Hay un mercado que te vende zapatos para que no hagan ruido, pasan con traje de camuflaje. Es casi como un comando. Van físicamente preparados, casi como una misión militar», describe Sandoval sin alejarse de su asombro.
Cuando él lo hizo, pasó «peligros», pero precisa que no se encontró «en situaciones entre la vida o la muerte» y además manifiesta que tiene «un estilo suave y poético de contar las cosas» que hace que el lector se sumerja en su cómic de una manera tranquila.
El dibujante sigue siendo un viajero incansable, pues ahora vive en Ginebra pero ha visitado una gran cantidad de lugares por todo el planeta y su reflexión global en torno al mundo del cómic es clara: «Necesitamos más lectores, crear más audiencia y ser competitivos con tanta oferta de entretenimiento que tenemos actualmente».
En este sentido, la iniciativa de Viñetas desde o Atlántico (norte de España), en la que participa por primera vez, le parece apasionante porque muestra los «trabajos que tienen calidad y sensibilidad», pero que no son los títulos que están «en boca de todos».
«Me gusta que no es lo típico, no es lo de todo el tiempo. Es bonito, con calidad, pero no es lo mismo de siempre», sentencia Sandoval sobre la XXII edición de Viñetas.
Por Ana González