En neocomulgante se convirtió María Joaquina Jiménez Medina, quien llegó al templo de Nuestra Señora de la Asunción para presenciar una misa en la que por primera vez recibió a Jesús en cuerpo y alma mediante la hostia.
La misa comenzó a las dos de la tarde cuando la festejada llegó acompañada de sus papás y padrinos, quienes se comprometieron con ella a ser sus guías espirituales y mantenerla cerca de la Iglesia para que así continúe por el camino del bien.
Luego de recibir la bendición, María Joaquina salió del templo y se trasladó al salón de fiestas donde continuó festejando acompañada de sus familiares más cercanos.