México, 12 ago (EFE).- La Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) de México expidió este lunes «la autorización condicionada», de impacto ambiental para la construcción de la refinería de Dos Bocas en el municipio de Paraíso, en el estado de Tabasco.
La Agencia, un órgano desconcentrado de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), aseguró que se aplicaron los estándares más estrictos para la salvaguarda de los bienes y servicios ambientales de la zona y la seguridad de las personas y comunidades.
Mediante un informe, la ASEA apuntó que considerando que la refinería se construirá en sitios aledaños a donde existen humedales «se ha prohibido interrumpir o desviar cualquier cauce o flujo de escurrimientos (temporales o permanentes), drenes, arroyos, canales, o cualquier otro tipo de cuerpos de agua.
Además, la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), que estará a cargo de la construcción, «deberá mantener a salvo la integridad del flujo hidrológico de la zona remanente del manglar que se localiza en las orillas del río Seco», por lo que no podrá realizar ningún relleno, dejar bordos, ni construcción de infraestructura que pueda alterar o perturbar el libre flujo de agua o provoque la desecación de algún humedal.
La Agencia también ordenó la realización de acciones específicas para la protección de los remanentes de manglar que quedan en el cauce del río Seco.
Además se expuso que en caso de presentar pérdidas o deterioro de la cobertura vegetal, se deberán identificar las acciones que están provocando dichas afectaciones y aplicar las medidas de mitigación o compensaciones necesarias para que dicha cobertura siga su tendencia de recuperación.
También se apuntó que Pemex tiene «la obligación de presentar un programa de monitoreo» de la calidad de agua superficial y subterránea durante la vida del proyecto, en el sitio del mismo y en el Sistema Ambiental Regional (SAR).
Además, Petróleos Mexicano deberá aplicar un programa de rescate y reubicación de flora y fauna cuyo objetivo es el de proteger la diversidad del área del proyecto, a través de estrategias de rescate, reubicación y reforestación de aquellas especies sensibles, de importancia ecológica, endémicas y de difícil regeneración.
ASEA apuntó que, casi 40 años después de la entrada en operación de los últimos dos complejos del sistema de refinación en México, en Cadereyta, Nuevo León, y Salina Cruz, Oaxaca, «es la primera vez que se evalúa el impacto y riesgo ambiental de una refinería bajo el marco regulatorio de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente de 1988, y desde la creación de la ASEA en 2015.
A finales de julio, el Gobierno de México informó que contrató a siete empresas para la construcción de la nueva refinería y que el proceso comenzaría el 1 de agosto con la contratación de personal, porque para la entrada de maquinaria se esperaba la autorización dada este lunes.
Además se informó que el costo de la refinería de Dos Bocas será de 8.134 millones de dólares, de los cuales 4.587 millones se destinarán a la construcción de plantas, 2.191 millones para servicios auxiliares y 1.300 millones para la planificación.
Esta refinería es uno de los planes estrella del presidente Andrés Manuel López Obrador para reflotar la producción petrolera y la endeudada empresa estatal Petróleos Mexicanos (Pemex).
Sin embargo, numerosos expertos han criticado la construcción de esta refinería por su elevado costo y, aseguran, poca rentabilidad.