Miaami, 13 ago (EFEUSA).- Los Tigres del Norte vuelven a hacer historia en Estados Unidos con un álbum inédito y un documental grabados en la prisión californiana en Folsom, donde la leyenda de la música «country» Johnny Cash dio un icónico concierto en 1968.
«Para nosotros significa un compromiso, una responsabilidad, con la comunidad latina que está ahí en la prisión de Folsom, tal vez olvidada por su familiares y por mucha de nuestra gente, que no se da cuenta que muchos de nuestros paisanos están ahí reclusos», dijo en un video grabado para Efe el percusionista Luis Hernández.
Cuando Cash (1932-2003) grabó el concierto más famoso de su carrera, la población de Folsom era principalmente blanca y afroamericana. Hoy, un 47 % de sus presos son hispanos.
Aun así, la intención de la banda de música norteña mexicana fue la misma que la del artista estadounidense: promover la reintegración a la sociedad y la dignidad de los presos.
«Es un orgullo haber estado ahí cantando, pero también una tristeza al haber visto que el mayor porcentaje de los presos que están ahí son latinos», indicó el bajista Hernán Hernández.
No por coincidencia, los Tigres del Norte cantaron por primera vez en Estados Unidos en 1968 en la prisión estatal de Soledad, situada a 721 kilómetros (448 millas) al norte de Los Ángeles.
Para conmemorar el 50 aniversario de su primer concierto fuera de México escogieron a Folsom, en las afueras de la capital de California, Sacramento, porque sabían la importancia del concierto de Cash, un artista al que admiran, en la cultura pop del país.
Fue una buena decisión. «Trabajamos con esa gente y sentimos mucho amor de su parte», indicó Jorge Hernández, el famoso acordeonista y cantante de la llamada «La madre de todas las bandas».
«Recibimos ese amor, pero también nos dolió», reconoció el artista, quien describió la experiencia como inolvidable.
Durante su visita a Folsom, en abril de 2018, la banda debió cumplir con varios requisitos, revelaron los Tigres.
Entre ellos estuvo el no tocar ningún narcocorrido y dedicar varias horas a cumplir con múltiples medidas de seguridad.
Usaron como camerino la capilla de Greystone, que le dio el nombre a una de las canciones más famosas de Cash, escrita por uno de los presos de Folsom, pero a diferencia del artista estadounidense, los Tigres del Norte fueron más allá de la cafetería, donde fue el concierto de 1968.
Los músicos mexicanos cantaron para la población carcelaria de hombres y mujeres, por separado, durante más de dos horas en el patio de la cárcel, comenzando con la versión en español del famoso «Folsom Prison Blues» de Cash, que también es el primer sencillo del disco «Live At Folsom Prison», que saldrá en unas semanas.
Además, en el documental, que será agregado al catálogo de Netflix este septiembre en coincidencia con el Mes de la Hispanidad en Estados Unidos, y al que tuvo acceso Efe se les puede ver a los músicos interactuando con algunos de los presos.
La idea de hacer un concierto como el de Johnny Cash, del que la banda de música norteña se considera admiradora, llevaba un año dando vueltas entre los Tigres del Norte y su casa disquera, Universal Music.
Nació en el marco de los esfuerzos de la banda por apoyar a la comunidad latina de Estados Unidos.
Según las estadísticas de la Oficina Federal de Prisiones, un 37 % de los presos son latinos, una cantidad muy superior al 20 % aproximadamente que representa la comunidad en la población en general.
El proyecto se cristalizó cuando Ana Cristina Cash, la nuera de padres cubanos de Johnny Cash, y su esposo, Johnny Carter Cash, se interesaron en colaborar con los Tigres del Norte para hacer una versión en español de la canción «Folsom Prison Blues».
«Estamos los dos muy emocionados de que la traducción llegará a nuevos oyentes y fusionará los dos mundos de la música ‘country’ y la música latina, preservando la integridad y el mensaje de la canción original. Para nosotros y para Johnny Cash la música no tiene barreras», escribió la pareja en un comunicado.
La canción tiene además arreglos de la melodía a ritmo de banda, al mejor estilo norteño.
Paralelamente, se negoció con las autoridades carcelarias en Folsom, que a lo largo de los años habían negado peticiones de diferentes artistas para tocar y filmar allí.
Además de «La prisión de Folsom», otros temas aprobados para el concierto, y que están en el disco y el documental, son «Mi sangre prisionera», sobre el dolor de un padre por su hijo encarcelado, «Prisión de amor» y «Un día a la vez».
Los Tigres del Norte rechazaron haber sentido algún tipo de temor durante la experiencia. «Miedo no se siente dentro de la prisión, más bien tristeza por lo que sientes por los que están allí, pero miedo en ningún momento», afirmaron los artistas.
Tristeza, mezclada con orgullo en el caso de los Tigres.