Tlaxcala (México), 18 ago (EFE).- Con la religión católica arraigada y en honor a la cultura prehispánica, en el municipio de Tlaxco, en el estado de Tlaxcala, centro de México, se construyó La Barca de la Fe, una iglesia dentro de un barco que representa a La Santa María, una de las carabelas de Cristóbal Colón.
El arquitecto y desarrollador del proyecto fue fray Arnulfo Mejía Rojas, quien buscaba unir la cultura española y la mexicana, debido a la influencia que los conquistadores dejaron en la vida cotidiana, laboral, cultural y religiosa en territorio mexicano.
Fue en 1974 cuando su creador comenzó a idear esta embarcación, pero no fue hasta 1982 cuando se dio comienzo a la construcción de este proyecto inspirado en la primera embarcación de la expedición de Colón que tocó tierra en América.
El motivo principal de esta creación es precisamente el llamado «descubrimiento de América», que ocurrió el 12 de octubre de 1492, y la peculiaridad de la obra es que tiene 90 metros de largo, 20 de ancho y 30 de altura, medidas que, se cree, triplican las dimensiones de La Santa María.
En su interior cuenta con un estilo de embarcación, la cual está tallada en madera con pasillos largos en los que destacan muros labrados con diferentes signos de la cultura otomí que habita en la zona, donde se pueden ver las cuerdas que representan las sogas que detenían las velas.
El atractivo al interior es la creación del altar principal, el cual representa una piedra de los sacrificios humanos, utilizada en la época prehispánica.
Además se colocaron 12 aros de color verde que representa el jade, piedra preciosa que era utilizada por los antepasados y que a su vez representa a los apóstoles y los cuatro aros que se ubican en los laterales representan a los cuatro evangelistas: Mateo, Marcos, Juan y Lucas.
De la religión católica también destaca la representación del patrono de la localidad que es San Andrés, una de las imágenes traídas por los frailes franciscanos que arraigaron la fe en el continente americano.
En entrevista con Efe, Raymundo Sosa Cortes, colaborador y ayudante del fallecido fundador de la Barca de la Fe, compartió que esta obra ayudó a mejorar las condiciones de fe y vida con la que contaban los habitantes, ya que fray Arnulfo siempre ayudó a los ciudadanos y compartía su sabiduría con ellos.
Además contó que él tuvo participación en el pintado de los muros donde se observa una pinturas de San Andrés que cuenta con la peculiaridad de que, a pesar de que se ubica en el segundo nivel, se puede observar desde afuera, en la parte baja y parece que está de pie.
«Fray Arnulfo se empeñó en lograr a que los ciudadanos pudieran valorar las dos culturas y conocer la evolución que se tuvo antes y después de la conquista, sin olvidar nuestras raíces» y recordó que a pesar que el fraile falleció hace tres años, el proyecto sigue», dijo.
Por su parte, el director de turismo y desarrollo económico del municipio de Tlaxco, Gaspar Serrano Rivera, aseguró que la barca es el principal atractivo del Pueblo Mágico, el cual tiene tres motivos fundamentales: que Jesús predicaba desde las barcas, que está dedicada al apóstol Andrés y el descubrimiento de América.
Apuntó que La Barca de la Fe cuenta con explicación de la conjunción de ideas, donde practicaban las mismas cosas pero de una manera muy distinta, por lo que los españoles comenzaron a explicar que los sacrificios no era la manera de adorar a su dios, además de enseñarlos a tener diversas actividades que los ayudaron a mejorar sus calidad de vida.
Un visitante del recinto originario de Estado de México, Omar Solano, aseguró que desconocía la existencia de la barca; sin embargo un familiar investigó dónde se encontraba y qué había, por lo que tomaron la decisión de visitarla en esta temporada vacacional de verano.
«Llegar y ver que realmente es un barco está muy bien, pero entrar y verla toda de madera es extraordinario», finalizó.
Este año se conmemoran los 500 años de la llegada de la flota del conquistador español Hernán Cortés, que derivó en la caída del imperio mexica en 1521, a la que siguieron 300 años de dominación colonial hasta la independencia de México en 1821.