Naciones Unidas, 19 ago (EFEUSA).- Los países de Naciones Unidas se han puesto manos a la obra este lunes para profundizar en la redacción de un ambicioso tratado que proteja la biodiversidad de los océanos, una cuestión apremiante en la lucha hacia los objetivos para un desarrollo sostenible.
Durante dos semanas, los 193 países de la ONU trabajarán sobre un borrador presentado por la presidenta de las conferencias, la diplomática Rena Lee de Singapur, que pretende convertirse en menos de un año en un «instrumento jurídicamente vinculante sobre el uso sostenible y la conservación de la biodiversidad marina de las zonas situadas fuera de la jurisdicción nacional».
«Necesitamos cambiar la situación si queremos proteger la biodiversidad global», dijo Lee en la sesión inaugural, en la que instó a los Estados miembros a «elaborar este instrumento lo más pronto posible».
Miguel de Serpa Soares, el secretario general de las reuniones – que concluirán el 30 de agosto-, hizo hincapié también en que se necesita «un cambio transformador para evitar las tendencias negativas crecientes» y mostró su deseo de que «este cambio empiece aquí», durante la conferencia intergubernamental.
De Serpa Soares, que citó la última evaluación global sobre biodiversidad, indicó que el 66 por ciento de las aguas de los océanos está sufriendo un «impacto acumulado» consecuencia de las actividades humanas.
El diplomático, que también subrayó que «ha quedado claro que los procesos de cambio climático y de los océanos están relacionados», insistió en que a través de la coordinación, esta conferencia puede cambiar «esta tendencia tan negativa».
Para ello, los participantes trabajarán en el «Proyecto de texto de un acuerdo en el marco de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar relativo a la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica marina de las zonas situadas fuera de la jurisdicción nacional».
Este borrador, presentado por Rena Lee, tras las dos primeras sesiones de reuniones celebradas en septiembre de 2018 y marzo de este año, se articula en cuatro ejes.
El primero, la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica marina, incluidas las cuestiones relativas a la participación en los beneficios de sus explotación; seguido de los mecanismos para gestionar estas zonas (especialmente las protegidas); la evaluación del impacto ambiental y la creación de capacidades y la transferencia de tecnología marina.
Organismos internacionales y ONG han llamado la atención sobre la importancia de proteger los océanos, donde viven más de 700.000 especies y no dudan, como Greenpeace, en asegurar que «de la gestión sostenible de los océanos depende el futuro de la humanidad».
Estas organizaciones urgen a la comunidad internacional a acelerar la aprobación de un documento jurídicamente vinculante que regule las aguas internacionales.
Se trata de «la mayor oportunidad en una generación para cambiar el rumbo de la degradación de los océanos y la pérdida de biodiversidad», aseguró este lunes la High Seas Alliance (Alianza de la alta mar), una plataforma formada por varias decenas de ONG.
La organización dio la bienvenida al arranque del tercer periodo de sesiones y animó a la comunidad internacional a avanzar en un «tratado nuevo, robusto y vinculante» para proteger los océanos.
Por su parte, la ONG Greenpeace junto al actor español Javier Bardem han querido llamar este lunes la atención de los Gobiernos y la opinión pública sobre los peligros que acechan a los océanos, en un acto en la céntrica Times Square en Nueva York.
Bardem declaró que él es «una de las millones de personas que están ahí fuera reclamado a los Gobiernos, a los países de las Naciones Unidas que se reúnen hoy para crear el tratado de los océanos que ese tratado sea serio, detallado y fuerte».
Según el intérprete, que colabora con Greenpeace y que intervino en las reuniones de la ONU, este pacto ha de conseguir que «por lo menos en 2030, acorde a lo que dicen los científicos, tengamos protegidos al menos el 30 % de los océanos».
«Para eso hace falta ese tratado de los océanos y que los Gobiernos, y por tanto la presión popular, hagan de ese tratado una causa mayor porque en él va el futuro de este planeta, de nuestros hijos, nuestros sobrinos, nuestros nietos», declaró.