Umán (México), 25 ago (EFE).- El municipio de Umán, en el suroriental estado mexicano de Yucatán, impulsa la práctica del juego de pelota para rescatar la cultura maya y apoyar a los jóvenes, inculcándoles el orgullo por sus orígenes.
El juego de «Pok Ta Pok» fue parte fundamental de la cultura maya clásica; en Yucatán se han encontrado vestigios de su práctica y campos de juego en diversos sitios, como Chichen Itzá.
La historia narra que para los antiguos mayas era un juego de poder entre tribus. Se formaban equipos de hasta cinco jugadores y los perdedores eran sacrificados.
En el municipio de Umán se busca rescatar, por lo cual se ha creado la escuela de «Pok Ta Pok» para jóvenes de 12 años en adelante.
«En el rescate de la cultura maya y lo que viene siendo el apoyo de los jóvenes, qué mejor hacerlo con la segunda escuela de pelota maya o Pok Ta Pok. La primera fue en (el municipio de) Tadzibichén», dijo este sábado a Efe Walter Gabriel Uc Magaña, director del Instituto Municipal de la Juventud de Umán.
Existen en Yucatán dos escuelas constituidas y registradas ante la Federación Mexicana de Juegos y Deportes Autóctonos y Tradiciones A.C.
La primera fue creada en Tahdzibichén misma que cuenta entre 10 a 15 integrantes y la segunda, recientemente creada, es la del municipio de Umán que cuenta actualmente con 5 alumnos de entre 17 a 20 años.
Asimismo, existen diferentes grupos independientes en toda la península debido al auge del «Pok Ta Pok», participan en diferentes representaciones en municipios.
«Nosotros diversificamos no solo lo que es fútbol, béisbol. No, (tratamos de) atraer de otra forma a los jóvenes. ¿De qué otra manera? Rescatando nuestras tradiciones», añadió.
El juego de pelota maya es una disciplina que poco a poco se intenta rescatar en Yucatán. Actualmente existen solo dos escuelas en el estado, y Umán es la única que busca crear un semillero de jóvenes que representen al estado en competencias internacionales.
«El juego del Pok Ta Pok es un poco difícil. Es una pelota que pesa cerca de tres kilos, los atuendos más pegados a lo antiguo, que es lo que provoca que la gente o la juventud no pueda practicar por la pena, la vergüenza», dijo el entrenador César Enrique Solís Montero.
Pero sostuvo que «orgullosos deben estar porque es su cultura y hay que seguir preservándola».
El juego consiste en pasar una pelota a través de unos aros de piedra ubicados en los costados de la cancha, pegándole únicamente con las caderas.
En la antigüedad había partidos que llegaban a durar hasta tres días.
Actualmente, la escuela de Pok Ta Pok intenta impulsar este deporte y que más habitantes se interesen por aprenderlo y saber su historia.
«No solo es un deporte sino que (…) cuando lo practicamos en sí hacemos un ritual», señaló a Efe el entrenador Solís Montero.
«Y hablamos acerca de nuestra cultura las veces que nos reunimos nosotros que jugamos; nos reunimos entre nosotros, tratamos de adentrarnos a lo que vamos a hacer. Dejamos de existir en el planeta y nos adentramos en el juego de pelota maya. Nos ponen la música autóctona y tratamos de transportarnos a lo que significa para nosotros», abundó.
Los alumnos de la escuela de Pok Ta Pok de Umán actualmente participan en competencias regionales. La inquietud de los jóvenes despertó un deseo por cuidar la cultura y hacerse cada vez más parte de ella.
«En particular fue una curiosidad, porque no es igual que el fútbol y me dio la curiosidad de practicarlo, jugarlo, verlo, porque no sabía cómo era el movimiento hasta que me empezaron a enseñar los pasos», explicó el jugador Jesús Enrique Uicab.
Reconoció que cuando empezó recibió burlas. «Pero ahora ya no. No me importa lo que digan. Me encanta este juego; es mi cultura», aseguró a Efe.
Otro de los jugadores, Luis Ángel Ramírez Solís, participó recientemente en una competencia internacional en Tihosuco, Quintana Roo, que reunió a los estados de Campeche, Yucatán y Quintana Roo, así como a Belice, para conmemorar el 171 aniversario de la «Guerra de Castas» (1847-1901) que enfrentó a nativos mayas que defendían sus tierras y costumbres contra criollos y mestizos.
«Fue mi primera competencia y esa fue una experiencia muy nueva porque ver a la gente que se reúne en un lugar con tal de ver este juego antiguo y jugar una final contra Belice no es cualquier cosa», dijo Ramírez.
Muchos jóvenes han adoptado este nuevo deporte como parte de su vida diaria, e incluso han abandonado el fútbol para poder estar entre los primeros en formar un equipo que compita contra otros estados.
«Mi inquietud fue haber conocido este juego y me gustó porque al momento en el que entrenábamos me llamó mucho la atención y quería probar a ver cómo se siente el balón y empecé a entrenarlo poco a poco», dijo a Efe el jugador Santos Uicab Canul.
La escuela de Pok Ta pok abre sus puertas a todos los jóvenes a partir de los 12 años que estén interesados en participar.