México, 29 ago (EFE).- La Organización para las Naciones Unidas (ONU) presentó este jueves en Ciudad de México 16 principios rectores para la búsqueda de desaparecidos en un contexto de crisis humanitaria e impunidad para los culpables.
«Queremos que los principios presentados formen parte de las políticas sobre desapariciones de este país. La necesidad de esta guía es reflejo de la profunda crisis humanitaria y de violaciones a los derechos humanos de México», expresó durante la presentación del documento Alejandro Encinas, Subsecretario de Derechos humanos, población y migración de México.
El documento, presentado en formato de folleto, contiene 16 principios rectores para la búsqueda de personas desaparecidas, elaborados en diálogo con organizaciones de víctimas, expertos y organizaciones gubernamentales y estados, cuyo objetivo es ser una guía para la sociedad en general y los gobiernos en particular en esta materia.
Rainer Huhle, exmiembro del Comité de la ONU contra la Desaparición Forzada y exrelator sobre el caso de México, precisó que, aunque para ellos todos los principios son importantes, los dos primeros son los más «valiosos» para el comité y por ello «permean todo el documento».
El primero de ellos dice que la búsqueda de una persona desaparecida debe realizarse bajo la presunción de vida y el experto destacó la relevancia de que esto así sea ya que «si encontramos cuerpos sin vida sabemos que la búsqueda no fue en vano».
«Vivos se los llevaron, vivos los queremos», recordó.
El segundo principio dicta que la búsqueda tiene que llevarse a cabo bajo el respeto profundo a la dignidad humana y Huhle destacó la importancia de su cumplimiento ya que «es un principio que se violenta en muchísimas ocasiones mediante el desprecio o la negligencia en cuanto a la información», entre otros.
También mencionó la relevancia de otros principios como el derecho a la participación de familiares y víctimas en el curso de la investigación o la relevancia de hacerla con un enfoque diferencial para que la búsqueda de personas en situaciones de vulnerabilidad sea llevada a cabo de manera eficiente.
Jocelyn Calderón, representante de la Brigada Nacional de búsqueda dio relevancia a la participación de familiares en la investigación y búsqueda de personas desaparecidas y recordó que la brigada fue creada como una «acción de dignidad de familiares con necesidad de encontrar a seres queridos desaparecidos» ante la falta de responsabilidad por parte del gobierno mexicano.
«Fuerzas armadas y de seguridad y crimen organizado son los que han contribuido a una situación de extrema violencia en México que ha provocado desapariciones forzadas, asesinatos a periodistas y defensores de derechos humanos, torturas, etcétera», criticó Calderón.
Guadalupe Valenzuela, del Movimiento Nacional por Nuestros Desaparecidos en México, quien busca a su hijo Jesús Alfonso Argüelles, desaparecido en julio de 2014 en Querétaro, consideró que esta guía de principios rectores es un acierto y un avance aunque criticó las malas políticas que se han aplicado hasta el momento en esta materia.
«Cuando alguien desaparece es buscado sin vida. Ni sus restos ni la familia son tratados con dignidad y no se les da apoyo psicosocial ni económico como corresponde. Lo que encontramos son argumentos sin fundamento o pretextos», dijo.
«No dejamos de buscar porque tenemos la esperanza de encontrarlos y no queremos que nadie más sufra esta situación», terminó.
Karla Quintana, comisionada de la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas, recalcó que por primera vez «el Gobierno federal reconoce la dimensión del problema» y que, aunque esto no basta, «es un paso imprescindible».
«Nos falta mucho pero estamos caminando, construyendo bases de datos y protocolos», sentenció.
El Comité contra las Desapariciones Forzadas es el órgano de expertos independientes que supervisa la aplicación del Convenio Internacional para la Protección de todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas por parte de los Estados.
Según estimaciones oficiales dadas a conocer en febrero, México acumula más de 40.000 desaparecidos, 26.000 cuerpos sin identificar en morgues y 1.300 fosas clandestinas.
Desde 1960, se empezó a vivir el drama de los desaparecidos en México cuando empezó el periodo conocido como la Guerra Sucia, en el que desaparecían personas fruto de la persecución del Estado, en especial de opositores al sistema.
La guerra contra el narcotráfico ha recrudecido esta situación y entre 2006 y 2017 se reportaron 1.606 fosas clandestinas en el territorio mexicano, de las que se han exhumado 2.489 cuerpos y 584 restos humanos.
De los cuerpos encontrados en las fosas, tan solo 434 personas han sido identificadas, mientras que el resto siguen siendo todavía cuerpos sin nombre.